Considerada durante años la "oveja negra" de la familia real tailandesa por su matrimonio con un extranjero y después aupada al estrellato cinematográfico nacional, la princesa Ubolratana Mahidol, hermana del rey de Tailandia, podría convertirse en la próxima primera ministra del país asiático.
El partido Thai Raksa Chart, formación afín al exiliado exprimer ministro Thaksin Shinawatra, anunció hoy que su candidata para las elecciones del 24 de marzo será la princesa Ubolratana, la hermana mayor del Rey Vajiralongkorn, en una decisión sin precedentes que supone la primera vez que un pariente directo de un monarca tailandés concurre a unos comicios.
La inesperada candidatura de Ubolratana es un terremoto político que resulta aún más sorprendente teniendo en cuenta que la princesa, que mantiene buenas relaciones tanto con el rey como con el clan Shinawatra, nunca había mostrado interés en la política del país.
Hasta ahora su imagen pública estaba más asociada al glamouroso mundo de la alta sociedad, el espectáculo y, al igual que sus hermanas, las princesas Sirindhorn y Chulaborn, a las obras sociales.
Primogénita del rey Bhumibol Adulyadej, fallecido en 2016 y reverenciado en el país como el "padre de los tailandeses", y la reina Sirikit Kitiyakara, Ubolratana Mahidol nació en Lausana, Suiza, el 5 de abril de 1951, cinco años después de que su padre accediera al trono.
Durante su adolescencia, Ubolratana mantenía una relación cercana con su padre, con el que solía practicar regata y acompañarle en competiciones regionales hasta que, en 1969, se mudó a Estados Unidos para estudiar en el prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, en sus siglas en inglés) con el objetivo de convertirse en una física nuclear.
En la universidad, la princesa conoció a quien sería su futuro marido, el ciudadano estadounidense Peter Jensen, con el que se casó en 1972.
El hecho de que su pareja fuera un plebeyo extranjero causó consternación en la Casa Real y un mes antes de la boda el rey le retiró a Ubolratana sus títulos reales.
La princesa vivió con su marido durante casi tres decenios en la ciudad californiana de San Diego con el nombre de Julie Jensen, aunque en 1980 trató de conseguir que su padre le devolviera sus títulos reales.
Aunque el rey Bhumibol le perdonó que se casara con Jensen, no le devolvió los títulos y el matrimonio pronto regresó a Estados Unidos.
Ubolratana tuvo dos hijas y un hijo en Estados Unidos, pero finalmente se divorció de Peter Jensen en 1999, año en que regresó a su país con sus tres hijos, que recibieron inmediatamente la ciudadanía tailandesa.
En los siguientes años, la prensa tailandesa se referiría a ella con el título de princesa, pese a que el rey nunca le restituyó sus títulos.
Su hijo Bhumi Jensen falleció trágicamente a la edad de veintiún años en el tsunami que azotó las costas del sur de Tailandia y otros países asiáticos en diciembre de 2004.
Bhumi era autista y, tras su muerte, la princesa creó la Fundación Khun Bhumi para ayudar a niños autistas.
En otro sorprendente giro, Ubolratana debutó en el cine en 2008 y protagonizó dos películas más en los siguientes cuatro años, entre ellas el éxito local de taquilla "My Best Bodyguard" ("Mi mejor guardaespaldas").
La independiente princesa también ha grabado varios vídeos musicales y mantiene una presencia activa en la red social Instagram, lo que la hace más cercana que otros miembros de la familia real.
En el último año, la ahora candidata a primera ministra ha prestado su imagen a una campaña antidroga dirigida a la juventud tailandesa bajo el lema "para ser el número uno".
En lo que podría verse como un anticipo de su nuevo papel, Ubolratana causó sensación el pasado verano cuando circuló en las redes sociales una foto en la que aparecía con los hermanos Thaksin y Yingluck Shinawatra, los exprimeros ministros depuestos en sendos golpes de Estado en 2006 y 2014, ambos en el exilio, en el Mundial de Fútbol de Rusia.
Ahora esa cercanía se ha trasladado a la política con la candidatura de la princesa en un partido afín a los Shinawatra, lo que abre una nueva etapa tanto en la biografía de Ulboratana como en la vida política del país, ambas igual de impredecibles.