El gobernante de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció hoy un acuerdo con la Cruz Roja para el ingreso de ayuda humanitaria a su país, afectado por una severa crisis, mientras la oposición volvió a manifestarse en las calles para pedir su salida del poder.
"Llegamos a un acuerdo, los comités internacionales de la Cruz Roja y el Gobierno Bolivariano, de trabajar para, conjuntamente con los organismos de la Organización de Naciones Unidas, la ONU, traer a Venezuela todo el apoyo, toda la ayuda de carácter humanitaria que pueda traerse", dijo Maduro en transmisión obligatoria de radio y televisión.
Venezuela atraviesa una aguda crisis económica que ha ocasionado escasez de medicinas y material médico desde hace unos cinco años, y por ello en febrero la oposición venezolana intentó introducir ayuda donada por EE.UU. y otros países, pero los cargamentos, almacenados en Colombia, Brasil y Curazao fueron bloqueados por orden de Maduro.
En el anuncio de hoy Maduro -quien ha negado que Venezuela viva una crisis humanitaria- no hizo referencia al hecho de febrero, sino que explicó que su canciller, Jorge Arreaza, trabaja en negociar un documento formal con la Cruz Roja.
Señaló que el documento es para establecer los parámetros del ingreso de ayudas para que el Comité Internacional de la Cruz Roja sea el rector de todos los mecanismos que quieran apoyar.
"Respetando la soberanía de nuestro país, sin politización de ningún tipo, ni tergiversación (...) y efectivamente cumpliendo los protocolos de seguridad extrema, máxima, que el sistema internacional tiene para cuando, a los distintos países del mundo, incluida Venezuela, envían algún tipo de ayuda humanitaria", apuntó.
El mandatario señaló que es "bienvenido todo lo que sea legal", aunque destacó que "desde hace mucho tiempo Venezuela recibe de China, Rusia, Turquía, India" y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) apoyo "de ayuda humanitaria".
Este miércoles, el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, aseguró que esa organización está en la disposición de atender la crisis de Venezuela y reducir sus "impactos negativos" sobre los ciudadanos.
Maurer estuvo de visita en Venezuela durante cinco días y sostuvo encuentros con Maduro y varios ministros de su gabinete, los dos vicepresidentes del Parlamento, así como con médicos, enfermeras, pacientes y asociaciones civiles.
"Hay un muy buen espíritu de cooperación", dijo Maurer durante un encuentro con periodistas en Caracas al término de su visita.
Mientras tanto, los opositores venezolanos volvieron a salir a las calles para exigir la salida del poder de Maduro, a quien consideran un usurpador de la Presidencia por haber ganado unos comicios tachados de fraudulentos.
Los simpatizantes de la oposición protestaron desde las 18.00 GMT hasta las 21.00 GMT en varias zonas de Caracas y de otros estados del país como Carabobo (centro), Vargas (centro), Bolívar (sur), Zulia (noroeste), Trujillo y Lara (oeste).
Según el jefe del Parlamento, Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por más de cincuenta naciones, en su país había 1.000 puntos de protestas contra Maduro y los fallos de los servicios públicos que se han agudizado en el último mes tras los constantes apagones que vive la nación petrolera.
Precisamente, la noche del martes ocurrió un nuevo apagón que afectó a casi todo el país, incluida Caracas, producto de una "falla de carga" en la principal central hidroeléctrica, el Guri, como "consecuencia del deterioro sufrido" en los supuestos ataques contra esas instalaciones que el Ejecutivo achaca a la oposición y a Estados Unidos.
El ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, informó después del mediodía de la restitución del servicio eléctrico en el país, aunque con algunos cortes de luz programados que son parte del racionamiento eléctrico que aplica el Gobierno desde el pasado 31 de marzo.
Para la oposición los apagones son producto de la corrupción y la incapacidad del Gobierno, algo que fue reiterado hoy por Guaidó en las protestas.
El líder opositor se enfocó hoy en pedirle a sus simpatizantes que conversen con los militares y funcionarios públicos para que se "pongan del lado de la Constitución y del pueblo".
"¿Hasta cuándo van a sostener a alguien que no respeta al pueblo de Venezuela?", preguntó Guaidó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).