Ha criticado fuertemente las observaciones de las Naciones Unidas sobre su política antiinmigración y que ha recibido un rapapolvo de la Iglesia
Salvini contra todos. Este es el resumen de los últimos días de la actividad política del ministro del Interior italiano que ha criticado fuertemente las observaciones de las Naciones Unidas sobre su política antiinmigración y que ha recibido un rapapolvo de la Iglesia católica por "usar el nombre de Dios en vano".
A base de declaraciones y tuits, Salvini se ha enzarzado en los últimos días con la ONU, a la que ha criticado por tener entre sus miembros a Corea del Norte, Turquía o Venezuela y "leer la cartilla sobre los derechos humanos a Italia".
En los pasados días, expertos en derechos humanos de Naciones Unidas enviaron una carta a las autoridades italianas en las que se les informaba de que el decreto del Ministerio del Interior por el que se cerraban los puertos italianos y se imponían multas a las ONG que rescatasen migrantes en el mar incumplía el derecho internacional.
"Sobre la seguridad y la felicidad de los italianos deciden los ministros y los parlamentarios elegidos por los italianos y no desconocidos burócratas que apoyan la inmigración en masa", dijo hoy Salvini respecto a una nueva carta de los expertos de Naciones Unidas.
"Que la ONU se ocupe de problemas más importantes respecto a la violación de derechos humanos que se producen en el mundo, desde Turquía, Corea del Norte hasta Venezuela", afirmó hoy el ministro del Interior y líder de la ultraderechista Liga.
Tampoco ha sentado bien a los representantes de la Iglesia católica el rosario que sacó y beso Salvini en su mitin de este sábado con varios líderes de las fuerzas soberanistas europeas en Milán y su petición de intercesión a la Virgen para que les haga ganar las elecciones.
Con el rosario en la mano ante las miles de personas congregadas en la plaza del Duomo de Milán, Salvini afirmó: "Personalmente confío a Italia, a mi persona y vuestra vida al Corazón Inmaculado de María, que estoy seguro que nos ayudará a ganar las elecciones".
No tardaron en llegar las reacciones de quienes quedaron sorprendidos por usar ese símbolo religioso en un acto político. Aunque Salvini ya había sacado la Biblia en su campaña electoral en un guiño al electorado católico.
El primero en responder fue el director de la revista de la Compañía de Jesus, Civiltà Cattolica, y muy cercano al papa Francisco, el jesuita Antonio Spadaro, quien escribió en Twitter: "Rosarios y crucifijos como señales de valor político pero de manera inversa al pasado", pues si antes "se daba a Dios lo que tendría que haber estado en las manos del César, ahora es César quien esgrime lo que es de Dios".
También le respondió el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, quien argumentó que "Dios es de todos" y que "invocarlo para uno mismo es siempre peligroso".
Las críticas llegaron de varios medios católicos como el semanal "Famiglia Cristiana", que acusó a la Liga "del enésimo ejemplo de instrumentalización religiosa para justificar la violación sistemática en nuestro país de los derechos humanos".
El diario católico "Avvenire" denunció en un editorial que Salvini se haya convertido en el "paladín de un catolicismo politizado y contradictorio".
En su mitin, Salvini alabó a Juan Pablo II y a Benedicto XVI por su defensa de los valores cristianos de Europa, y citó al cardenal guineano Robert Sarah, uno de los más críticos con Francisco.
Al papa Francisco solo le mandó un mensaje al asegurar que su política antiinmigración salva vidas en el Mediterráneo.
Su ultimo enfrentamiento es de hace pocas horas al criticar la decisión de la fiscalía de Agrigento, en Sicilia, que se incautó del barco de la ONG Sea Watch y ordenó llevar a puerto a los 48 migrantes que hacía cinco días que esperaban desembarcar.
"Tengo intención de denunciar por favorecer la inmigración clandestina a cualquiera que dé la disponibilidad para que desembarquen los migrantes desde un barco fuera de la ley. Esto vale también para cualquier órgano del Estado. Si este fiscal autoriza el desembarco también iré hasta el fondo", dijo Salvini.