La preocupación por la transmisión de la variante Delta de la Covid-19 que, según las previsiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se espera que se convierta en poco tiempo en la cepa dominante que circule por todo el mundo, aumenta.
Es una variante más transmisible y se están tomando medidas para frenar su expansión. Con este objetivo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha autorizado otros dos centros de fabricación, en Japón y Australia, para aumentar la producción de la vacuna de AstraZeneca. Su efectividad demostrada contra esta variante más infectiva del coronavirus y el ser la vacuna de menor coste hacen que se apueste por este suero para facilitar su distribución por todo el mundo, especialmente en los países con menos recursos.
Ensayos clínicos han certificado que esta vacuna es eficaz contra la variante surgida en la India, además del hecho de que su coste sea de 1,8 euros por dosis, la convierten en la principal para lograr combatir la cepa Delta. Según los datos que dio una ministra belga, en el caso de Moderna es de 14,8 euros la dosis, en el Pfizer 12 y en el de Janssen 7.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom, ha mostrado su preocupación ante la desigualdad de muchos países en el acceso a las vacunas, por una cuestión económica. Ha reclamado que las farmacéuticas se vuelquen en el suministro a Covax y países de renta baja y media-baja. “Para que esto ocurra más rápidamente, las empresas deben compartir sus licencias, conocimientos y tecnología”, ha afirmado Adhanom.
Con este objetivo, ha anunciado que otros dos plantas de fabricación, ubicadas en Japón y Australia, han recibido la autorización de uso de emergencia para la producción de la vacuna de AstraZeneca, con lo que son ya son cinco los puntos donde se fabrica este suero. El director general de la OMS ha solicitado que “otros fabricantes sigan este ejemplo. Miles de personas siguen muriendo cada día y eso requiere una acción urgente”.