Cádiz ha conseguido situarse como el
principal destino turístico en la nueva normalidad, solo por detrás de Madrid, en el mes de junio, con 64.879 visitantes, escalando desde el duodécimo puesto en el ranking nacional en 2019, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística.
“No es la temporada que imaginábamos vivir en enero, pero también es verdad pensábamos que íbamos a estar peor a estas alturas tras la pandemia”, admite el diputado provincial de Turismo, José María Román, en conversación telefónica.
“En abril estábamos convencidos de que no tendríamos verano”, recuerda.
El también alcalde de Chiclana apunta a tres razones para explicar el éxito que se ha apuntado la provincia contra todo pronóstico. En primer lugar,
el trabajo realizado en los últimos años para consolidar Cádiz como destino. Por otro lado, considera determinante la
baja incidencia del coronavirus desde la desescalada con respecto al resto de territorios. Y, por último, señala la
capacidad de transmitir una sensación de libertad y de espacio, con playas extensass y parajes naturales, de “destino turístico de baja carga, que nos da un valor especial” ante el miedo a las multitudes.
Román incluso da por bueno el dato de ocupación de julio, que Horeca ha cifrado en un 50,89%, más de 30 puntos menos que hace un año. El presidente de la patronal,
Antonio de María, es menos optimista.
“Hay una afluencia más o menos normal pero el gasto se resiente” por una crisis económica que se deja notar ya, advierte. Para agosto, la previsión de ocupación que maneja es del 52,71%, cuando en 2019 se rozó el lleno, con valores superiores al 90%.
Con septiembre, agrega, “no hay grandes expectativas”.
La evolución de los contagios a corto plazo y, en consecuencia, la posibilidad de nuevas restricciones, es clave.
El recorte horario para el ocio nocturno o la reducción del número máximo permitido de personas por mesa pueden resultar disuasorios.
Pero De María señala tambien los riesgos a medio plazo.
“El turismo nacional no da más de sí y no hay turismo internacional”, subraya. La decisión del primer ministro de Reino Unido de imponer una cuarentena obligatoria a quienes visiten España
“no es una buena noticia”. Alemania, por su parte, también ha pedido que no se viaje a determinados territorios, tras los rebrotes registrados en Cataluña y Aragón.
Ambos países sumaron casi 375.000 viajeros en la provincia durante 2019. Alemania, que aportó 260.000, es especialmente importante y no se está haciendo todo lo necesario, en opinión de Stephan de Clerck, presidente de la Asociación Provincial de Hotel, para
conseguir confianza plena y tratar de salvar el año.
El problema no está solo en el otoño.
“Todo está paralizado para 2021, los hoteles no tienen los contratos para el año que viene porque ahora mismo empezaríamos la nueva temporada sin reservas, no hay”, afirma De Clerk. “Si queremos que vengan, tenemos que ser más suaves, más diplomáticos, mejorar la comunicación con el resto de países europeos, ser más humildes, preguntar a los países emisores qué necesitan y ofrecérselos”, propone.
Román niega la mayor. Asegura que
la intención es alargar hasta noviembre la llegada de turistas germanos y hay contactos permanentes con turopeadores y líneas áereas, que mantienen todas las conexiones con el aeropuerto de Jerez.
“No hay ningún signo negativo por el momento”, insiste, al tiempo que indica que también están funcionando vuelos con Bélgica, Bruselas y Suiza. “Se están normalizando, con poco ruido mediático, pero con éxito turístico”, agrega.
En lo que sí coinciden todas las voces consultadas es en la
necesidad de reforzar la buena reputación de la provincia y evitar el alarmismo. Las informaciones sobre cierres de playas por superación del aforo permitido o los bulos sobre brotes hacen un flaco favor a los intereses del sector.
La idea de turismo seguro es fundamental. “Es complicado acertar con cada medida que se toma, pero es necesario mantener el control para que la situación no se desmadre”, concluye el diputado provinical de Turismo.