El académico Salvador Gutiérrez dejó ayer claro que la Nueva gramática de la lengua española, tanto en su versión extensa como en el Manual, no es impositiva ni es “una Gramática nacida del Concilio de Trento”, sino que tan sólo “intenta orientar los usos” hacia aquellas normas que sean “más correctas”.
Salvador Gutiérrez realizó estas afirmaciones durante la presentación del Manual de la Nueva gramática, que tuvo lugar en el paraninfo de la Universidad de Salamanca y que congregó a numerosos alumnos, profesores y académicos de España y de América.
Durante el coloquio que siguió a las intervenciones institucionales, protagonizadas en parte por el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y por el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, varios académicos respondieron a las preguntas que los alumnos de la Universidad de Salamanca habían formulado en las últimas semanas y que dos de ellos se encargaron ayer de trasladar a los asistentes.
Y, así, Salvador Gutiérrez, gran experto en Gramática, destacó el carácter normativo, pero “no impositivo”, de la Nueva gramática, al responder una pregunta relacionada con la posición de las Academias de la Lengua en relación con los vulgarismos morfológicos y sintácticos.
“La Gramática nunca dice 'no digas esto', sino que trata de orientar los usos hacia aquellas normas que tengan una mayor aceptación entre los hablantes”, señaló Gutiérrez.
Al escritor Álvaro Pombo le tocó subrayar el papel que la literatura desempeña en la “Nueva gramática” elaborada por las 22 Academias de la Lengua Española durante once años y publicada por Espasa. La versión amplia, de 4.000 páginas, tiene unas 20.000 citas extraídas de obras de escritores de todos los países latinoamericanos, y el “Manual” presentado hoy cuenta con unas 3.000 citas.
Ante la pregunta directa de si consultaba “muchas veces” la Gramática para escribir sus novelas, Pombo, académico de la Lengua, tuvo que confesar que no la mira “nunca”. Tampoco lo hacía Pío Baroja y en sus novelas “puede haber incorrecciones”, pero era “un escritor volcánico e impetuoso”.
Pombo sí consulta con frecuencia los diccionarios, “pero la Gramática es otro asunto, sobre todo la sintaxis”, decía el novelista, para quien, “cuando se escribe, no se tienen dudas”.
“Escribir es un volcado”, que guarda relación con “la producción inconsciente”. Por eso, a veces, a los escritores “les salen cosas raras que no se recogen en este manual”, afirmó Pombo entre las risas de los asistentes.
Humberto López Morales, secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española, recordó “el gran escándalo” que se armó hace años en Argentina con un supuesto caso de dequeísmo protagonizado por Telefónica, que en uno de sus anuncios decía: “se informa de que...”, y algunos se echaban las manos a la cabeza.
“No era un error gravísimo, sino que en ese caso era correcto decir 'de que', explicó López Morales, antes de reconocer que la labor de los gramáticos no siempre es fácil.
Y, cuidado con las expresiones que son propias de algunas regiones españolas, pero que no serían correctas en América. José Antonio Pascual, vicedirector de la Real Academia Española, puso un ejemplo: “Vámonos pronto, no siendo que nos coja la lluvia”. En América, dijo el académico, ni el “no siendo” ni el “coger” sonarían bien.