Fallaron los toreros, ausentes en una buena corrida. Y el caso es que no hubo indolencia en ninguno de los tres, al contrario, cada uno a su manera y con las mañas a su alcance hizo lo que pudo. Pero fue todo escaso y deslucido. No supieron, no pudieron..., y se dejaron ir unos toros con muchas posibilidades.

Por partes. El Cid está en un bache tan profundo que ni embisténdole los toros en condiciones es capaz. Tendrá que pensárselo, porque cuando se las tenga que ver con uno complicado, el trago va a ser duro. Y lo peor es que a pesar de todo intenta hacer el esfuerzo. Malo, mucho riesgo, cuando se quiere y no se está.

A Castella le tocó también un toro muy claro, sobre todo por el pitón derecho. Fue el segundo. Sin embargo, no planteó la faena por ahí con la rotundidad que debía. Alternó las dos manos, dejándose ir al natural el poco ambiente que iba ganando por el otro pitón. Incluso no se puede decir tampoco que en lo bueno llegara a estar bien del todo. La velocidad, la altura y la distancia fueron parámetros que no manejó castella adecuadamente.

Y Pinar, quedó asimismo en evidencia frente al tercero. Un toro con clase, infinita bondad aunque poca "transmisión". ¿Tenía que ponerlo todo el animal? Con un poquito de arte que le hubiera echado el hombre hubiera sido más que suficiente. Pero, no. Despacito el toro, y dormido el torero.