A los galardonados se les entregó un diploma y un cheque por un millón de coronas suecas (107.000 euros), antes de participar en una cena de gala que se celebrará en el Grand Hôtel de la capital sueca y que cerrará el programa de actos.
El músico italiano fue galardonado porque sus composiciones geniales y sus arreglos “han elevado nuestra existencia a otro plano, haciendo sentir lo mundano como escenas dramáticas en cinemascope” y creado un estilo “que marcó el tono de la música para cine durante medio siglo”, según el fallo del jurado.
A Björk se le reconoce su “marca indeleble” en el pop y la cultura moderna, su espíritu varguandista y su condición de “fuerza indomable de la naturaleza, una artista que no marcha al compás de nadie que no sea ella misma”.
En su intervención, Morricone resaltó el hecho de ser el primer italiano en haber logrado el galardón y señaló que su carrera musical había estado orientada hacia la búsqueda de “nuevos y no explorados” caminos mediante el “duro y creativo” trabajo.
La presentación del premio a Björk la realizó el padre de la cantante, quien después de un breve discurso se limitó a dar las gracias y mostrarse muy honrada por el galardón.
La ceremonia de entrega fue el punto culminante de una semana dedicada a homenajear la música de los premiados.