Un título muy apetecible, sobre todo en tiempos de crisis, por el repunte socioeconómico que puede suponer para la ciudad que finalmente logre alzarse con el título. Una carrera de fondo para la que algunas llevan preparándose un mínimo de tres años.
Alcalá de Henares (Madrid), Burgos, Cáceres, Córdoba, Cuenca, Las Palmas, Málaga, Murcia, Oviedo, Palma de Mallorca, Pamplona, San Sebastián, Santander, Segovia, Tarragona y Zaragoza. ¿Quién pasará la criba?
La pugna por la designación se presenta reñida, ya que de las dieciséis aspirantes, el comité de selección sólo dejará entre tres y cinco supervivientes, que dispondrán de un año para afinar sus proyectos antes del verano de 2011, cuando se designará quién será la que finalmente suba al pódium.
Pero tendrá que dejarle un sitio a una ciudad polaca, ya que cada año dos o tres localidades europeas, según la decisión de los convocantes, comparten esa mención.
Mientras que en Polonia, con algo más de 38 millones de habitantes, se presentan siete ciudades, en España –casi 47 millones de habitantes– las candidaturas duplican a su competidora.
Un importante número de las aspirantes españolas se han apresurado a hermanarse con alguna candidata polaca, en el convencimiento de que esto puede influir en la decisión del jurado.
Todas están en la línea de salida, pero si se hace caso a la rumorología, Cáceres, Córdoba, Santander y San Sebastián parten como favoritas. Unas, por su experiencia, otras, por su proyecto, y las demás, por el fuerte apoyo económico que las sustenta. No obstante, esto no descarta ni mucho menos al resto de aspirantes.
Alcalá de Henares, Burgos, Cuenca, Pamplona y Segovia fían sus posibilidades a sus bondades patrimoniales y a unos programas culturales plagados de festivales artísticos, en una línea similar a Málaga, que busca crear tejido cultural en la patria de Picasso.
Tarragona apuesta por una mirada a Europa y Zaragoza pretende aprovechar las infraestructuras de la Expo 2008 para alzarse con la capitalidad, mientras que Oviedo, con un proyecto basado en la música, se beneficia del apoyo y colaboración de primeros espadas de la cultura, como el cineasta Woody Allen.
Las grandes desconocidas en esta pugna, pero que quieren dejar de serlo, son Palma de Mallorca y Las Palmas, que ofrecerán una visión distinta desde su insularidad, especialmente la ciudad canaria, ya que de ser elegida se convertiría en la primera ciudad geográficamente extraeuropea designada capital de la cultura.
A priori, Murcia no parece tener muchas posibilidades. Su proyecto fue una incógnita hasta casi el último día del plazo para su presentación. Además, carece de una página web que apoye su presencia mediática.
Las candidaturas que parten como favoritas han mostrado en todo momento un ejemplar respeto hacia las demás, lo que unido al secretismo que rodea a los proyectos, ha impedido a los representantes consultados por Efe concretar quiénes creen que son sus principales rivales.
Cáceres tiene a su favor un proyecto que se desarrolla desde hace siete años y centrado en actividades que ensalzan la fortaleza cultural de la ciudad.