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Punta Umbría

En la cama del hospital con Ariel Sharon

El ex primer ministro israelí Ariel Sharon postrado en la cama de un hospital en estado de coma, es el principal reclamo de una exposición que se inaugura esta semana en Tel Aviv, como alegoría de la deriva política del Estado Israel.

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  • Escultura a tamaño real del presidente israelí Ariel Sharon en estado de coma en la cama de un hospital, expuesta en la galería de arte Kishon de Tel Aviv, Israel. -
El ex primer ministro israelí Ariel Sharon postrado en la cama de un hospital en estado de coma, es el principal reclamo de una exposición que se inaugura esta semana en Tel Aviv, como alegoría de la deriva política del Estado Israel.

Se trata de una obra realizada por el escultor israelí Noam Braslavsky, que se presenta el próximo jueves en la galería Kishon de Tel Aviv y pretende acercar al público a la figura del polémico político y díscolo general, amado y aclamado por unos y odiado por otros, pero que no deja indiferente a nadie.

La réplica de Sharon, hecha originariamente de cera y recubierta de una pasta especial de plástico, retrata de forma hiper-realista al ex primer ministro de 82 años, tendido en una cama de hospital con los ojos entreabiertos, respirando sin ayuda mecánica y con una vía por la que se le suministra suero y alimento.

El mandatario sufrió una fuerte hemorragia cerebral en enero de 2006 cuando ostentaba la jefatura del Gobierno de Israel, y desde entonces se encuentra en estado vegetativo en un hospital al que sólo acuden sus hijos y allegados más cercanos.

El artista trabajó durante dos meses para realizar la escultura, que pudo configurar gracias a que un fotógrafo le facilitó instantáneas de Sharon de "todos los ángulos".

Tras desarrollar su obra durante décadas fuera del país, principalmente en países europeos como Polonia, Rusia o Alemania, Braslavsky regresó recientemente a Israel para continuar su labor.

"Busqué algo que representara el carácter israelí, algo que moviera los ánimos y perteneciera a todos los israelíes y descubrí la figura de Sharon", explicó a Efe el escultor.

Apunta que el hecho de que el político se encuentre entre la vida y la muerte desde hace más de cuatro años, y que aparentemente a nadie le interese su situación, le dio la idea de trabajar en la escultura, "para dar a los israelíes la posibilidad de poder despedirse de él".

La experiencia promete ser única, pues el visitante podrá tener su encuentro privado con Sharón, ya que el acceso está limitado a una o dos personas como máximo, al igual que las visitas a la sala de cuidados intensivos de cualquier centro hospitalario.

"Pensé que sería una experiencia increíble levantar una especie de mausoleo para una persona y devolver a Sharon a la realidad", precisa Braslavsky, para quien la obra es "un icono de él".

Sharon culminó su vida política gozando de gran predicamento entre la población, que lo consideraba un político aguerrido capaz de sacar adelante al país.

En su faceta militar es conocido entre otros episodios por la masacre de Sabra y Shatila en El Líbano en 1982, o por ser el responsable del confinamiento en Ramala del histórico dirigente palestino Yaser Arafat, lo que valió fama de líder intransigente.

El artista ha querido retratar a Sharon como se le recuerda en sus últimos día de vida pública y pretende llamar la atención sobre la influencia de figuras de la vida moderna sobre la población.

"Sharon no está muerto sino vivo y es una personalidad con un enorme impacto en la vida israelí, para bien o para mal, que mueve tantas emociones de amor y adoración, en contraposición al odio y vergüenza", resalta.

Sobre si su obra puede reflejar la situación actual del Estado de Israel en una especie de limbo político, como han querido ver algunos críticos, Braslavsky afirma que no fue su intención inicial, aunque reconoce que "no puedes ignorar que mucha gente lo vea así".

Matiza que la situación del país puede verse reflejada en la figura de Sharon, "un personaje duro y con poder que sigue vivo y respira, como podría considerarse a la pujante economía israelí, pero que a su vez depende del exterior para subsistir".

El artista, que estudia exponer su obra en España, recurre a "la alegoría de los ojos que siguen abiertos pero ya no ven" de Sharon, para aludir a la indiferencia y apatía de gran parte de la sociedad israelí por la situación circundante.

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