Carmen Thyssen señaló en rueda de prensa que le parece “de mal gusto” que Llorens “entregase a la prensa” su carta de dimisión, en la que expresaba su disconformidad con la elección de un gerente, y que vino acompañada también de la renuncia de la anterior directora, María López.
Por ello, para el futuro dejará de trabajar con Llorens en otros proyectos al sentirse “ofendida” y “molesta” por publicarse “una carta que se supone que es privada”, algo que calificó como “poco elegante, poco serio y poco profesional”.
Recordó su larga relación profesional con Llorens, desde que éste les pidió a ella y a su marido “en 1992 venir a trabajar al Museo Thyssen de Madrid”, del que fue “director artístico”.
“Ha sido su oposición a tener un director gerente lo que ha desencadenado esto. Yo desde el principio dije que era necesario una dirección de gerencia porque un museo se tiene que tratar como una empresa”, subrayó la baronesa.
A su juicio, “la parte artística es divina, muy romántica y muy bonita, y conlleva mucha ilusión, pero es otro mundo”, y nunca se había hablado de que la dirección artística correspondiera a “personas no preparadas con estudios para llevar la gerencia”.
“Ha habido problemas porque el señor Llorens no me hizo caso para que la persona fuese de Málaga, el director gerente, y por dejar todo en manos de una persona que no estaba preparada por estudios, aunque estaba muy bien preparada para su tema artístico”, apuntó en alusión a la dimisionaria María López.
Sobre las exposiciones temporales del Museo, la baronesa ha asegurado que no se le “preguntó a fondo” y que sólo está perfilada la de junio –inicialmente prevista para el 11 de abril–, porque los cuadros son de su colección privada y “vendrán seguro”.
“Las exposiciones temporales se preparan con dos años de antelación, pero no se han preparado ni hay ningún documento”, agregó Carmen Thyssen.