Una "Casa del Pueblo" olvidada en un almacén industrial, un inmueble vendido por piezas o unos grandes almacenes demolidos son algunas de las principales obras perdidas del arquitecto belga Victor Horta, el maestro del 'Art Nouveau', presente en una exposición en Bruselas.
Para darlas a conocer al público, y coincidiendo con el 150 aniversario de su nacimiento, una serie de planos, croquis y fotografías se exponen en una de las creaciones del artista, la Casa Autrique, actualmente un museo, en la exposición "Victor Horta: un mundo perdido".
Horta está considerado como uno de los más grandes arquitectos de Bélgica y una de las figuras de la corriente artística del 'Art Nouveau' o modernismo, que imperó en Europa a finales del siglo XIX y principios del XX.
Nacido en la ciudad flamenca de Gante en 1861, Horta fue el mayor exponente del modernismo hasta la Primera Guerra Mundial, cuando, durante su exilio en Estados Unidos con motivo de la ocupación alemana de su país, decidió abandonar este estilo para abrazar el 'Art Déco', mucho más simple y clásico.
Este abandono provocó que muchas de sus obras fuesen ignoradas durante años, hasta el punto que algunas fueron incluso demolidas antes de la muerte del arquitecto, en 1947.
Entonces "había poca gente para decir que no se podía demoler esos edificios y que años después lo lamentaríamos, pero años más tarde lo hemos lamentado", asegura a EFE Alexandra Rolland, encargada de la Maison Autrique.
"Es difícil creer que una obra arquitectónica celebrada en su tiempo, con poco más de un siglo y construida con un saber hacer magistral y materiales de calidad se haya revelado tan frágil", subraya.
La Casa del Pueblo, diseñada como sede cultural y social del Partido Obrero Belga, es la mayor de las obras destruidas.
Aunque ya fue modificada a inicios de siglo, en 1963, y pese a numerosas peticiones internacionales para evitarlo, incluso del Congreso Internacional de Arquitectura, fue desmontada para dejar su espacio a una torre de veintiséis pisos.
Los restos fueron conservados en un almacén durante años, pero al final acabaron perdiéndose salvo pequeñas piezas, algunas de las cuales se exponen ahora en la Casa Autrique.
Otra de las casas que aparecen en la exposición fue la Casa Aubrecq, que también fue desmontada y varias de sus habitaciones vendidas.
Hoy en día su fachada descansa en un almacén mientras espera ser reconstruida a finales de año en un solar cercano a la Casa Autrique.
"La gente se desinteresó (del modernismo) durante treinta años, hasta el retorno del 'Art Nouveau' como una parte importante del patrimonio cultural", explica Rolland.
Dos de los tres grandes almacenes diseñados por Horta también fueron víctimas de la fiebre destructiva de la primera mitad del siglo XX -uno fue derruido y el otro modificado hasta dejarlo irreconocible-, de modo que solo queda uno, los almacenes Waucquez.
Sin embargo, este último edificio fue restaurado y actualmente acoge el famoso Museo del Cómic de Bruselas.
Afortunadamente, otras de las grandes obras de Horta son consideradas joyas del patrimonio, como la famosa Casa Solvay, construida para una de las familias mas ricas del país, que continúa mostrando su belleza en la Avenida Luise, la más cara de la capital belga.
La Casa Tassel, el Palacio de Bellas Artes de Bruselas o la propia casa del arquitecto, actualmente el Museo Horta, son otras de las grandes obras más apreciadas del artista.
El modernismo capitaneado por Horta fue una corriente arquitectónica y decorativa "orgánica" (basada en las formas de la naturaleza, especialmente las plantas) que sentó escuela en Bruselas, con arquitectos como Paul Hankar, Henry Van de Velde o Leon Govaerts, hasta el punto de que la ciudad está considerada la capital de este estilo con influencias en el resto de Europa y en América.