El arte moderno y contemporáneo, punto de encuentro de las vanguardias e instintos creadores suscitados desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días, ha irrumpido en Las Edades del Hombre con una nueva exposición inaugurada este martes en Medina de Rioseco y Medina del Campo.
Las modernas expresiones estéticas no han orillado la temática religiosa como acredita esta edición de Las Edades del Hombre que, con el lema de "Passio", ha abierto sus puertas este mediodía en su doble sede de las iglesias de Santiago de los Caballeros (Medina de Rioseco) y de Santiago El Real (Medina del Campo).
La abstracción, el surrealismo, el expresionismo e incluso el cubismo, en variadas proporciones y versiones, conviven dentro de "Passio" junto a la pintura y escultura románica, gótica y barroca para explicar de forma conjunta y complementaria el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Salvador.
De ello se encargan las 147 obras dispuestas en ambos templos, la cuarta parte de ellas adscritas al arte moderno y contemporáneo, muy lejos de la tímida insinuación, en cuanto al número de piezas, manifestada en anteriores repertorios de Las Edades del hombre desde que en 1988, en la catedral de Valladolid, arrancara este proyecto cultural y religioso de las Diócesis de Castilla y León.
Los escultores Vitorio Macho, Baltasar Lobo, Venancio Blanco y José Luis Coomonte son algunos de esos creadores junto a pintores como José Gutiérrez Solana, Juan Manuel Díaz-Caneja, Antonio Saura, Álvaro Delgado y Francisco José Gómez-Argüello ('Kiko Argüello'), autor éste de los frescos de la catedral de la Almudena en Madrid e inspirador del movimiento religioso Camino Neocatecumenal.
Todos ellos comparten un mismo espacio con algunos de los principales nombres de los siglos XVI, XVII y XVIII, principalmente imagineros como Juan de Juni, Felipe Bigarny, Alejo de Vahía, Alonso Berruguete, Diego de Siloé, Gregorio Fernández, Francisco Giralte, Pedro de Mena y Luis Salvador Carmona, que tradicionalmente han sustentado los discursos expositivos de Las Edades del Hombre.
En el caso de "Passio", decimosexta edición desde 1988 y primera de una nueva etapa, de tamaño más reducido y que recalará en templos no catedralicios o que no son cabecera episcopal, se ha optado por una renovación del muestrario desde la óptica contemporánea avalada por el actual comisario, el joven sacerdote abulense Óscar Robledo.
El diseño traslúcido, con grandes espacios y amplias perspectivas para la contemplación del visitante, es el rasgo común de los dos relatos iconográficos: el de Medina de Rioseco dedicado a la Pasión desde la Sagrada Cena hasta la Resurrección, y el de Medina del Campo centrado en la simbología que emana de este misterio.
Las monumentales bóvedas y cúpulas barrocas del templo riosecano no diluyen la narración propuesta por las piezas, distribuidas en estancias donde dialogan propuestas estéticas similares pero separadas entre sí por varios siglos.
Es el caso de un crucificado mutilado en sus extremidades superiores, de estilo románico y fechado en el siglo XIII, que antecede a otros tres alineados entre sí tallados, sucesivamente, por Juan de Juni (1575), Gregorio Fernández (entre 1620 y 1625) y Luis Salvador Carmona (siglo XVIII).
La misma dialéctica gravita en el repertorio dispuesto dentro de la iglesia de Santiago El Real de Medina del Campo, donde el Adán de una tabla anónima hispanoflamenca (finales del siglo XV) encuentra su alterego en el monumental "Adán arrepentido", del escultor Florencio Trapero 1966-1967), o en el bronce titulado "Hombre Adámico", de Baltasar Lobo (1983).
Este maridaje se repite en representaciones de la Piedad, de Dolorosas, Ecce Homos, Cristos crucificados o yacentes, y continuará en sucesivas ediciones previstas ya en Oña -Burgos- (2012), Arévalo -Ávila- (2013) y Aranda de Duero -Burgos- (2014).
La nueva versión de Las Edades del Hombre también se advierte en la procedencia de las piezas, tradicionalmente asociadas a catedrales, iglesias o monasterios, a las que se ahora se incorporan titulares como cajas de ahorros, fundaciones privadas, particulares, instituciones y museos como el Centro de Arte Reina Sofía, en Madrid, y el Patio Herreriano, en Valladolid.