La infanta Elena ha inaugurado este viernes la 70ª edición de la Feria del Libro de Madrid, con Alemania como país invitado, en el parque de El Retiro, que se convierte así y hasta el 12 de junio, en la librería más grande del mundo. Una cita que este año es la esperanza de los libreros que se resienten por la crisis.
Pasadas las doce del mediodía, la Infanta Elena, acompañada por la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, la presidenta de la Feria del Libro, Pilar Gallego, la concejala de las Artes, Nuria Moreno, el director General de Libro, Rogelio Blanco, y el ministro adjunto de Asuntos Exteriores en Alemania, Werner Hoyer, entre otros, abrió oficialmente esta fiesta de la cultura.
La anécdota de la mañana se produjo cuando la infanta Elena se encontró con su hermana, la infanta Cristina, de visita en la feria de forma privada acompañada de una amiga, que portaba varias bolsas con numerosos ejemplares adquiridos en el recinto ferial.
La infanta Elena, vestía un traje rojo que contrastaba con el de riguroso color negro de la ministra de Cultura, quien ha recibido numerosas muestras de cariño y condolencia por la reciente muerte de su hermano pequeño en un accidente de tráfico.
Durante su recorrido han visitado numerosas casetas en donde ha sido obsequiadas con los libros más representativos.
Algunos de los título que los libreros han regalado a la Infanta Elena han sido: "Quien mató al ayatolá Kanuni", de Naïri Nahapétian, "Del toro a la bravura", de Juan Pedro Domecq. Ambos de Alianza, "Mitología de Nueva York" de Algaida, en la caseta de Anaya; o "Mi hermano sobre la repisa de la Chimenea", de Annabel Pitcher, de Siruela, en la librería Carmen.
La infanta también se ha llevado a casa tres volúmenes de "Nacida para reinar. Fabiola, una española en la corte de los belgas", de Fermín J. Urbiola, de Espasa, en la librería Troa. Akal la ha obsequiado con "Mobi Dick", de Melville; "Lagrimas en la lluvia", de Rosa Montero, y "Los enamoramientos", de Alfaguara en la caseta de Santillana.
Y como este año Alemania, país poderoso y grande en autores, lectores y editoriales, está presente con su programa "¡AleMania en la Feria!" también ha recibido por parte de la Embajada de este país y el Goethe Institut, "Eingewanderte Wörter" (palabras inmigrantes) que recopila en unas 3.500 entradas las palabras de otros 42 idiomas, que han entrado a formar parte del idioma alemán.
El otro título con que la obsequió la legación germana en Madrid fue "Ausgewanderte Wörte" (palabras emigrantes), con las palabras alemanas que se utilizan en otros idiomas.
A lo largo de estos 17 días los visitantes tendrán la oportunidad de conocer a algunos de los autores alemanes más representativos en la ficción y el ensayo, como es el caso del filósofo Rüdiger Safranski, que inaugura esta tarde en el Pabellón del Círculo de Lectores los actos oficiales.
Hans Magnus Enzesberger cerrará los actos el próximo día once con la presentación de su último libro publicado en español."Hammerstein o el tesón".
Como dato curioso en el Pabellón Infantil, que este año alberga a numerosos autores de literatura infantil, la infanta Elena ha reconocido a dos de los personajes alemanes que leía cuando era niña, "Max y Moritz" y Pedrito el greñoso".
Al final del recorrido que ha durado algo más de una hora, editores y libreros han mostrado sus esperanzas en la Feria, porque si el primer año de la crisis no la anotaron, ya nadie duda de que les está afectando.
Según el director general del Libro, Rogelio Blanco, en 2010 las ventas del sector del libro "descendieron, según los más optimistas, un cuatro por ciento, y los más pesimistas, un ocho por ciento".
"Yo creo que la Feria de Madrid va bien. Siempre es una garantía. Ya hubo suspicacias con Sant Jordi, pero luego no fue así", ha precisado
Por su parte, Fernando Valverde, presidente de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros, CEGAL, ha subrayado que, para los libreros, la bajada de las ventas del primer cuatrimestre de este año "están entre el diez y el veinte por ciento".
Además ha enfatizado que a estas caídas hay que sumar las de 2009, y 2008, año en el que ya se notó la caída de compra institucional, que ahora ha quedado "absolutamenrte laminada".