Todo el mundo está loco, menos tú y yo, e incluso tú también estás un poco loco. Ese es en resumen la trama de "Carcajada salvaje", la obra que reúne en el teatro desde el viernes a Charo López y a Javier Gurruchaga, dos "mundos diferentes" que en el escenario se "sueñan" a golpe de risas y humor ácido.
"Carcajada salvaje", que llega a Madrid, al Bellas Artes, tras su estreno el pasado día 12 en Avilés, es una obra de Christopher Durang que López interpretó hace 18 años, aunque, según explica a Efe, para su sorpresa y la del director, Josep Costa, es de "una vigencia pasmosa".
Es una comedia, detalla la actriz salmantina, que habla de un mundo "en el que estamos condenados a ser desgraciados. Es una ironía sobre nosotros y el inconformismo del ser humano con la vida".
Tiene que ver, indica, "con un tipo de teatro que ahora está de moda en Estados Unidos, en el que un anónimo se sube al escenario y cuenta sus problemas, como si fuera una terapia".
En "Carcajada salvaje" primero se sube ella al escenario, relata "lo suyo" y luego hace lo mismo su compañero. "En el último acto nos soñamos el uno al otro y no puedo decir más", apunta enigmática.
Hacerla con el músico y actor Javier Gurruchaga (1958, San Sebastián) es "chocante" porque, afirma, son "muy diferentes" por trayectoria, personalidad y actitud vital. "Es que él es el raro", bromea.
"No somos tan diferentes -contradice Gurruchaga en una entrevista posterior-. El chip en la cabeza se parece bastante y hay muchas cosas en común con nuestras vidas mismas. Eso es lo divertido".
Él, que vuelve al teatro tras una década volcado en la música, el cine y la televisión, se siente "muy identificado" con su personaje, porque, detalla, "es un señor que está en el mundo de una forma disparatada, accidental y lo mejor que puede hacer para no morirse es respirar".
Su personaje en la función "tiene muchas contradicciones", entre ellas con la religión, "tan de moda ahora" en Madrid, se ríe.
Menos "histrión" y, en definitiva "menos 'gurruchaga'", en la obra habla de "soledades, inseguridades, neurosis e hipocondrias: lo normal en el ser humano" pero con mucha complicidad, "humor salvaje" y absurdo que, asegura, ha sido muy bien acogido en Avilés.
Dice López (1943) que ir cambiando de físico con la edad es complicado, porque tiene que ir encajando", fundamentalmente en el cine, en otros papeles.
"Una vez estás delante y otra detrás siendo la misma, como en la 'serpiente multicolor' de las carreras ciclistas", pero es "muy injusto" que el rasero de la belleza y la juventud sólo se aplique a las mujeres.
"Esa tensión continua de estar bien que nos exigen a las mujeres es inhumana", protesta.
Pero su mayor angustia no es ni la tiranía de la edad -"estoy al principio de la tercera"-, ni no tener proyectos entre manos, sino "buscar y buscar y buscar" textos que le gusten para interpretarlos.
En cualquier caso, añade, en los últimos tiempos está muy ilusionada, "en este mundo frívolo y cruel" con el cine, porque le han llegado, "¡por fin!", papeles en los que tiene que "transformarse" y ocultar un físico que cuando "era joven" era "llamativo", dice modesta.
Su compañero en esta "andanza", con la que estarán hasta noviembre en Madrid para hacer luego una gira por España y "probablemente" por México y Argentina, está preparando un musical dedicado a los 35 años de aventura con la Orquesta Mondragón porque, se ríe, "una trayectoria como la nuestra merece contarse. Como si fuera 'El rey león'".