A diferencia del ejercicio más personal y desnudo que hizo en su último disco con canciones inéditas, "Vidas" (2008), el canario se ha inspirado para escribir su decimotercer disco en "historias de otros", en gente tan diversa como el director de cine ruso Andrei Tarkovsky, las maestras de escuela republicanas o en una emperatriz bizantina del siglo VI.
"He hecho canciones, más que buscar sonoridades nuevas. En este sentido, me he quedado con lo que ya tengo, el bolero, el tango, el candombe... ritmos que son parte de mí", ha contado este lunes en una entrevista con Efe en Madrid Guerra, que también ha hecho una pequeña incursión en el rap dentro del tema que da nombre al disco, "El mono espabilado".
"Compartimos el 98 por ciento de la cadena genética con los chimpancés. Somos prácticamente monos, pero ese 2 por ciento es lo que nos separa, lo que podemos hacer los seres humanos que no pueden hacer ellos", destaca el compositor, que invita a todos sus congéneres a dar ese paso y llevar una vida más rica y activa.
Pareciera que hablara del levantamiento del 15 de mayo, aunque precisa que cuando el movimiento estalló, estas canciones ya estaban grabadas.
Frente a lo que señalaba recientemente el ex presidente del Gobierno José María Aznar, que calificaba esta protesta como de "extrema izquierda marginal antisistema", para Guerra se trata de "una explosión global, de una cosa que nació en España" y que ve "sana y necesaria".
"Los cantautores lideraban estos movimientos en otra época, pero no sé si la música del 15-M es la de los cantautores", dice este artista, para quien "lo bueno es que es un movimiento de anónimos".
"Nosotros nos hemos quedado al margen porque no nos necesitan y me parece bien. Esto se ha generado solo y es una cosa de la calle", apostilla.
En "El mono espabilado", Pedro Guerra ha contado con dos colaboradores "muy distintos" entre sí y "muy diferentes" a él, Miguel Poveda e Iván Ferreiro. "Ellos dos, en su género, son lo mejor que hay ahora mismo para mí", destaca al respecto.
Junto al gallego, Guerra interpreta el tema "Aquella vieja canción", una reflexión sobre el futuro de la música.
"Pensaba si la generación de nuestros hijos escucharían a los Beatles", plantea este artista, que reivindica la "buena música", independientemente de cuándo haya sido hecha y que lamenta que entre los hábitos musicales ya no haya tiempo para disfrutar de discos, sólo de canciones sueltas.
Guerra cuestiona además el papel de las grandes discográficas, tras haber publicado este disco con su propia compañía, Mansi Producciones.
"No sé si las grandes discográficas están jugando ya un papel importante. ¿Cuántas propuestas nuevas han salido de ellas en los últimos años? De pronto dices Pablo Alborán, pero las discográficas se quedarán con el tiempo para mover sus catálogos", vaticina.
En definitiva, Guerra, que valora de "satisfactoria" esta "aventura arriesgada" de la autoedición, considera que "en los tiempos que corren, cuantos menos intermediarios mejor".
El 25 de octubre, Guerra presentará sus nuevas canciones en el concierto que tiene previsto ofrecer en el Teatro Arteria Coliseum de Madrid. Junto a ellas, grandes éxitos como "Contamíname" o "Debajo del puente" y temas poco trillados de su discografía.
