Xavi Road es el 50% del proyecto musical Siloé, que emprendió el vallisoletano Fito Robles allá por 2016 tras regresar de Boston. Siloé encabeza el cartel del Ronda Cool Fest con una propuesta ecléctica, que no dejará indiferente al público rondeño.
“Es una mezcla entre una banda tocando, porque mi compañero Fito viene del mundo del folk, del autor; y de una sesión de un DJ, porque vengo del mundo de la electrónica, esa dualidad es algo que se entiende. Hemos creado el grupo del que nos gustaría ser fan y que no hemos encontrado”, admite el productor que, un buen día propuso a Robles redefinir su sonido.
“Yo era músico de este proyecto que tenía Fito en solitario, teníamos una relación de conocernos de estudios de grabación, componiendo para otros artistas y yo colaboré en sus dos primeros álbumes como arreglista y empecé a ir en gira, en la segunda íbamos con una banda. En sus conciertos me daba cuenta de que a la gente le interesaba su voz, pero quizá el imaginario que había alrededor no estaba explotando la energía que tiene él”.
Siloé acaba de reeditar Metrópolis 2.0, una versión del álbum homónimo al que lanzaron antes de la pandemia y que contiene colaboraciones de excepción, con artistas como Varry Brava, Miss Cafeína, Delaporte o K!ndom entre otros grupos de la escena indie nacional.
Xavi recuerda cómo surgió el cambio de tercios en el proyecto: “Yo venía de hacer mi proyecto en solitario como DJ y me faltaba hacer algo diferente, me estaba relacionando solo con el mundo de la electrónica y él con bandas y cantautores. Decidimos arriesgar, y estamos demostrando que aunque la gente crea que Jorge Drexler y David Guetta no tienen nada que ver, no es así”.
El productor cuenta una anécdota que hace que sienta especial entusiasmo por visitar nuestra ciudad, y es su vínculo con el técnico de sonido José María Tornay, al que únicamente conoce a través de redes sociales. Reconoce que, en sus inicios, el rondeño fue una de las personas que le llevó a continuar en el mundo de la música: “Fue una de las personas que cuando yo empecé en la música, cuando tenía 16 años, hace ya 13, me pasaba programas, me motivaba un montón”.
Además, Xavi recalca la atracción paisajística de Ronda: “Estéticamente es una ciudad preciosa y única que tiene un rollo como de El Señor de los Anillos”.
El DJ cuenta que, ante la irrupción de la pandemia, el antiguo mánager del grupo les recomendó que se tomaran “una pausa de dos años”. Algo que tanto para él como para el vocalista de Siloé les parecía impracticable. Ante esta diferencia de pareceres, decidieron tomar rumbos distintos y dirigir su propio destino.
Fue coincidiendo con el confinamiento cuando Siloé comenzó a sonar en diferentes iniciativas acústicas, y a continuación llegaría su último trabajo; Metrópolis 2.0, en el que es reconocible esa dualidad que les identifica: música de autor y electrónica dándose la mano en un completo trabajo cuajado de colaboraciones destacadas.
“Somos muy inquietos, nos gusta mucho tocar, así que que nos digan que estemos dos años sin tocar, viviendo de ello, no podíamos hacerlo. Ahora tenemos una manager que nos lleva marcas, y tenemos patrocinios que nos permiten dedicarnos a esto, que no entiendo que en el fútbol se vea como muy normal que haya marcas, pero si lo hace un artista parece que se ha vendido”, reflexiona Road, al tiempo que reconoce que el mundo de la cultura se ha sentido abandonado por las administraciones.
“No somos un bien de primera necesidad, pero hay países que pueden hacerlo mejor. No les interesa, y es que a los músicos y a los artistas llevan estafándonos muchos años porque la ilusión que tenemos es muy grande, y de eso se aprovechan también: las empresas y el gobierno. Para ellos somos bufones, pero no es así. La cultura nos diferencia de otros países”, reprocha el productor musical vallisoletano.
La fase del proceso creativo con la que se queda Road une el inicio y el final de un arduo trabajo de exploración musical: “Ese momento en que detectas que esa canción tiene algo es uno de los momentos que más molan. Y luego cuando la tocas delante de la gente por primera vez y ves su reacción”.
En un contexto en el que la pandemia y sus efectos continúan, al margen del buen avance de la vacunación, Xavi cree que la sociedad percibe la mayoría de eventos culturales como espacios seguros en los que resulta improbable que puedan contagiarse. “La gente que va a los conciertos sabe que es seguro. Es más fácil contagiarse en el metro, pero creo que nos han demonizado porque nos tenían ganas”.
