La historia de Rota se narra a través de esos roteños y roteñas que tienen en cada rincón una vivencia con la que deslumbrar. Ese es el legado de las personas mayores y este martes por el Día del Abuelo se ha querido devolver,
una pequeña parte de todo lo que con su cariño, nos han brindado nuestros mayores. Emoción es lo que se ha vivido en el Castillo de Luna esta mañana donde
Carmen Alonso y Manuel Beltrán “Chaqueta” han sido los dos homenajeados en este día. Aunque Manuel no es el más mayor, sino José María Bernal, quien, con el siglo de edad a sus espaldas, no ha podido asistir al acto por problemas de salud.
El motivo ha completado el aforo del Salón Capitular del Castillo de Luna donde la Corporación Municipal, familiares y amigos de los homenajeados han compartido con Carmen y Manuel este día tan especial organizado por la delegación municipal del Mayor cuyo delegado, Jesús López, al frente de la misma, ha abierto el acto para recordar la labor
“importante y activa” como símbolo “origen de nuestras costumbres”. Los valores que nos transmiten, el respeto, el trabajo, la constancia o el sacrificio son los valores sobre los que ha hecho hincapié el delegado quien destacó a través de ellos, el motivo por el cual era necesario subrayar el papel de la tercera edad en nuestras vidas. A través de unos vídeos, los asistentes han podido conocer un breve resumen de
la vida de estos protagonistas del patrimonio inmaterial de nuestro pueblo.
Manuel Beltrán, nacido en 1928, también conocido como “Chaqueta”, dedicó su vida a su negocio, una frutería en el Mercado Central. Su historia, de la mano de su esposa María, ya fallecida, dio fruto a seis hijos, doce nietos y dos bisnietos donde la adversidad y el sufrimiento también hicieron mella en su vida. Sin embargo,
la fe en el futuro y el cariño de su familia no le permitieron hundirse. Su nieto, Mario González, agradeció al Ayuntamiento la celebración de tal ceremonia ya que, apuntó,
“los abuelos son las historias de Rota y no se puede dejar en el olvido” y describió a su abuelo como “un roteño y mayeto de pura cepa que ha levantado al pueblo con una vida dura”.
Carmen Alonso, nació cuatro años antes. En sus ojos se puede leer la historia de Rota y en sus arrugas y sonrisa cálida, la memoria viva de un pueblo.
No existe para Carmen mejor motivo de felicidad que el estar rodeada de su familia. Con casi un siglo de historia, la entrañable vida de Carmen le ha enseñado a ser una “madre entregada” como la definen sus hijos que trabajó día sí y día también para que a sus seis hijos no les faltaran de nada de la mano de su marido, con quien creó un pequeño negocio familiar. Carmen es una mujer que, como muchas de su generación,
han dedicado su vida al cuidado de sus familias y de sus casas. Hoy, Carmen ha representado a esas mujeres cuyo trabajo ha sido el “crecimiento personal” de su familia. Francisco Sánchez, hijo de la homenajeada, así lo explicó subrayando la faceta “economista” de su madre ya que apunta
“hoy sería casi imposible tirar para delante con seis hijos y un sueldo pequeño”.
Ella, cocinera de guisos para chuparse los dedos y él, trabajador incansable y frutero de profesión tienen algo en común, coinciden en que
la felicidad está en la familia.
Javier Ruiz, alcalde de Rota, tomó la palabra para felicitar a Carmen y a Manuel, así como a sus familiares,
quienes tienen la suerte de disfrutar de ellos y de su legado. “Da gusto oírles cuando nos cuentan esas historias de vivencias, de experiencias y esos sabios consejos que nos trasladan y nos saben dar”, apuntó el alcalde, quien subrayó que nuestros mayores son parte del recuerdo “ya que cien años en nuestro país dan para vivencias en tiempos muy complicados. Da la sensación que vivimos tiempos duros. Seguro que no tiene nada que ver con esos años que ellos tuvieron que vivir.
Gracias al esfuerzo de ellos nos han dejado una sociedad mucho mejor ”.
En el acto, donde no han faltado las actuaciones de artistas como el coro de la delegación del Mayor “Alegría de vivir” y de la bailaora roteña Ofelia Márquez acompañada al cante por Alba Bazán y Manuel Lin, al toque, se ha recordado los mejores momentos de las vidas de estos abuelos así como aquellas dificultades superadas gracias al esfuerzo y al amor de su familia porque casi 100 años dan para mucha vida.