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San Fernando

El legado único de Camarón de La Isla en un espectáculo musical con mayúsculas

Miles de personas se dieron cita en la trasera del Castillo de San Romualdo para presencia el Festival ‘Soy Gitano’ y la mezcla de artista hizo el resto

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Galería del festival.

Cada 2 de julio San Fernando conmemora una fecha fatídica, por un lado, pero histórica por otro, por todo lo que ha supuesto su legado y que sigue siendo imperdible para el mundo del flamenco pasen los años que pasen. En efecto, este sábado se cumplía de nuevo aniversario del fallecimiento de uno de los grandes mitos de la música en España, José Monje Cruz Camarón de La Isla. Pero no era un aniversario más, ya que se cumplían tres décadas desde que moría a los 41 años de edad en Badalona. El resto, ya es leyenda.

Y para una ocasión tan especial el Ayuntamiento de San Fernando organizó un espectáculo musical único en la trasera del Castillo de San Romualdo con figuras que, de algún u otro modo, han estado ligadas a la carrera artística de José Monje Cruz, bien cantando con él o en las grabaciones de sus trabajos más sonados.

El Festival Soy Gitano reunió a apenas 100 metros del Centro de Interpretación de Camarón de La Isla a una banda compuesta por Carles Benavent (bajo), Tino Di Geraldo (batería), Jorge Pardo (bajo) y Rubem Dantas (percusión), míticos músicos que acompañaron en diversas ocasiones en los directos y grabaciones del cantaor isleño a lo largo de su trayectoria artística.

Junto a ellos actuaron varios artistas invitados muy reconocidos en el panorama nacional como Carmen Linares (actual Premio Princesa de Asturias de las Artes), Lole Montoya, Juan Carmona (de Ketama), Javier Ruibal, Pedro el Granaíno, La Mari de Chambao o el isleño Jesús Castilla, quien siempre ha mostrado su especial devoción por la figura de Camarón.

El concierto incluyó versiones actualizadas y arregladas para la ocasión por Jorge Pardo, sobre las canciones más conocidas y representativas de la discografía de Camarón, dando continuidad a esa manera de respirar el flamenco desde todo tipo de perspectivas y fusiones musicales, con el marchamo camaronero, reconocible en quienes lo vivieron y viven en primera persona, sus colaboradores. También temas propios de cada uno de los artistas que pasaron por las tablas.

Y la respuesta del público fue sensacional porque varias miles de personas se dieron cita en el espacio acondicionado para la ocasión en una noche para el recuerdo.

El primero en aparecer en escena fue Jesús Castilla y con la primera de las sorpresas de la noche, el saxofonista isleño Antonio Lizana, que hizo acto de presencia en varias ocasiones durante la noche. Jesús volvió a demostrar que atraviesa por la etapa más madura de su carrera e interpretó dos temas para rematar su actuación con un fandango que poco a poco fue caldeando el ambiente.

La interpretación musical de Soy gitano con saxo, bajo y batería fue el preludio de la segunda de las actuaciones que corrió a cargo de Pedro El Granaíno, un cantaor mayúsculo al que acompañó a la guitarra Juan Carmona. La sensibilidad de la noche la puso Lole Montoya con dos de sus interpretaciones más conocidas como son Mariposas y Todo es de color.

La velada se fue calentando y uno de los grandes momentos lo regaló Carmen Linares cuando en el segundo de los temas estuvo acompañada por  Carles Benavent al bajo), Tino Di Geraldo a la batería, Jorge Pardo al bajo y Rubem Dantas a la percusión. La jiennense cantó por tangos y seguiriyas.

A La Mari de Chambao le bastó con sonar los acordes de Duende del Sur para encandilar por completo al respetable, que le acompañó durante la interpretación del primero de sus dos temas. El segundo fue Rosa María, donde lo volvió a bordar y la ovación fue mayúscula.

La malagueña se quedó en el escenario para recibir y cantar junto al portuense Javier Ruibal el tema Amor de Conucal. Un Ruibal que ya en solitario interpretaría dos temas más como fueron La Gheisa y La dosis.

Y el fin de fiesta, como no podía ser de otra manera, lo puso la familia de Camarón acompañada en el escenario de una importante cantidad de artistas, entre ellos el isleño Antonio Caña. Cantaron Volando Voy y La Leyenda del tiempo, para terminar por bulerías y poner el punto y final a dos horas de homenaje a José Monje.

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