Las puertas de la Iglesia Mayor se abrieron a las 2 de la mañana, frente a la abarrotada Plaza de la Iglesia, que espera cada año a su Regidor Perpetuo, para que comenzara la penitencia de la hermandad de Jesús Nazareno. A pesar de que la noche tuviera fuertes rachas de un molesto levante, no fue obstáculo ninguno; las calles de la Isla estuvieran llenas de fieles y público en general durante todo el recorrido.
La primera ‘levantá’ en el Templo fue en memoria del hermano fallecido de la hermandad y promotor de la petición de Regidor en el año 1995. La levantá la dio su hija Rocío, que cada año acompaña a Jesús Nazareno en la madrugada del Viernes Santo.
El acompañamiento musical lo puso la Agrupación Lágrimas de Dolores, para que su cuadrilla meciera al Cristo a sus sones durante la noche más larga. Fueron especialmente emotivas las Estaciones de Penitencia y la entrega floral en la Capilla de la Estrella y de las Hermanas Carmelitas.
La Virgen de los Dolores lucía maravillosamente. Fue ataviada por su vestidor José Muñoz Moreno, que fue quien dio la primera levantá de la noche. A los sones de la Banda de Música de la hermandad salió a las calles, seguida de una multitud de personas que hacen penitencia tras su manto.
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