El dinero navega por los caños

Publicado: 21/10/2012
Ya existen pequeñas empresas que están ofertando algunas iniciativas pero sin que exista un marco regulatorio e infraestructuras mínimas que permitan un desarrollo a gran escala.
Quizá habría que anticiparse al comentario no necesariamente malintencionado y aaclarar que se trata de dinero ganado a ley, con ideas puestas en práctica que doten de una dimensión económica a la riqueza natural que rodea La Isla y alcanza al resto de términos municipales que hacen frontera con el Caño de Sancti Petri. Y dicho lo cual, mantener la afirmación contra viento y marea.

Hace pocos días en estas mismas páginas, UGT de San Fernando se remitía al Gobierno local ante la imposibilidad de poder encauzar la demanda de creación de empleo en el ámbito comarcal y metropolitano. Y no le faltaba razón visto lo que se está haciendo en cada una de las tres ciudades desde La Carraca hasta la península de Sancti Petri.

El Ayuntamiento de Chiclana ha convocado un concurso de ideas para recuperar el antiguo poblado atunero y convertirlo en la segunda fuente de riqueza turística de la localidad, tras la Barrosa y el Novo. Más de medio centenar de proyectos se han presentado, no se sabe si por el poco trabajo que tienen los arquitectos en estos tiempos o porque ven que hay oportunidad de sacar adelante una zona privilegiada donde las haya.

En el término de Puerto Real, aunque a expensas de las compensaciones por la Variante de la N-IV a su paso por San Fernando, se ha recuperado el Real Carenero y las baterías defensivas, mientras que en San Fernando, a lo largo de todo su término municipal o en el de enfrente, existen enclaves de alto valor histórico y etnológico, sin olvidar la joya de la corona, el arsenal de la Carraca, estamento militar visitable.

Esto es, cada ciudad tiene sus propios proyectos y cada una -excepción teórica de Puerto Real y San Fernando con el  Real Carenero y la segunda fase de restauración del puente Zuazo, cuando toque- sus expectativas sobre los mismos. Pero nunca se ha puesto sobre la mesa un proyecto común, ajeno a chauvinismos, localismos y aldeanismos.

Metropolitano
“Cuando se piensa en el futuro de la ciudad de San Fernando, no hay que pensar sólo en la ciudad y sus habitantes, como un espacio cerrado, sino ubicarla en el entorno metropolitano en que se encuentra situado, dentro de un ámbito territorial mucho más amplio, con mucho potencial sin explotar, como es sin duda la Bahía de Cádiz y su entorno”, dice el arquitecto José María Cano Valero, gran conocedor de su propio pueblo y de los alrededores y “prácticante” de las bondades de los caños que recorre en su zodiac cuando el tiempo lo permite.

Cano participó hace unos meses en el Ateneo de Chiclana en una jornadas sobre el futuro del antiguo poblado almadrabero de Santi Petri, prácticamente destruido en la actualidad, en donde casi todos los componentes de la mesa daban propuestas de su desarrollo futuro desde un punto de vista demasiado local.

“Yo fui el único que defendía la tesis, de que el futuro del poblado se debería definir desde el estudio de un entorno mucho más amplio, teniendo en cuenta que su gran fuerza es que se encuentra situado en la desembocadura al mar del Caño de Santi Petri y que su destino debería estar fundamentado en el origen de un eje cultural que discurriese a través de dicho Caño, que si lo miramos, desde un punto de vista local, no nos damos cuenta de su importancia”, dice Cano.

Este eje cultural que ya existe, se está desarrollando en la actualidad mediante la recuperación de algunos edificios históricos, los cuales se encuentran unidos por esta superficie de agua, antiguamente navegable, que tanto ha influido en el desarrollo histórico y económico de la antigua Isla de León.

El principio, no el final
Cano, pues, planteaba en dicha mesa redonda  la recuperación del antiguo poblado, con sus edificios públicos y comunitarios, con las pequeñas viviendas de pescadores, para crear un núcleo residencial turístico, con edificios de una y dos plantas de altura máxima, con la recuperación de las topologías de viviendas de pescadores adaptadas a las necesidades actuales, es decir, crear un resort marítimo pesquero que potenciara las actividades residenciales y deportivas-náuticas.

La diferencia entre la propuesta del arquitecto isleño y las demás es que Cano proponía ese poblado no como final de algo, sino como punto de inicio del eje cultural del Caño. Un eje cultural que  tiene un “potencial enorme para el futuro desarrollo económico de San Fernando”.

Ese potencial, como no podía ser menos, “ni siquiera se ha tenido en cuenta en el famoso Plan de Ordenación del Territorio de la Bahía de Cádiz, en los distintos Planes de Ordenación de Recursos y Usos del Parque Natural de la Bahía, ni por supuesto, y los Planes Generales de Ordenación Urbana de los términos de Chiclana, San Fernando y Puerto Real, a los que pertenecen las márgenes del Caño de Santi Petri”.

Este eje, además de cruzar por un parque natural de gran belleza paisajística y natural, tiene dos hitos extremos y uno intermedio, con una gran fuerza arquitectónica, e incluso histórico-cultural.

De un extremo a otro
En un extremo -dice el arquitecto- el ya comentado y prácticamente destruido poblado de Santi Petri,  junto al Castillo del mismo nombre, recientemente restaurado y donde se están comenzando a realizar espectáculos lúdicos culturales.

En el otro extremo se encuentra el Arsenal de La Carraca, actualmente infrautilizado por Defensa, y que mediante la recuperación de algunos de sus edificios históricos podría ser utilizado como un gran espacio museístico, tal y como se encuentran recuperados muchos arsenales de los siglos XVII y XVIII en Europa.

Situado prácticamente en la mitad del recorrido, el antiguo Carenero, junto al Puente Zuazo, actualmente en rehabilitación, sin uso actualmente definido, pero con un gran potencial futuro.
Y en el margen del caño, dentro de la ciudad de San Fernando, se encuentran algunos edificios de gran importancia histórica y cultural, uno actualmente sin uso definido, como el antiguo molino de mareas del Zaporito, recientemente restaurado, y otro es el nuevo edificio del Parque de la Historia y el Mar, “nombre ostentoso, pero que no sirve para nada, sin presupuesto municipal para dotarlo de los usos para los que fue proyectado”.

Arquitectura civil y militar
“A través del todo el Caño, que como todos sabemos sirvió de defensa natural a todos los acontecimientos que estamos celebrando en estos últimos años (2010 -2012), se construyeron también multitud de baluartes defensivos, y que en la actualidad sólo unos pocos se mantienen en ruinas y otros han desaparecido”.

Por otra parte, y como se decía, en ese mismo recorrido existen multitud de edificios de gran valor étnico e industrial, como son casas salineras, molinos de mareas, salinas, esteros, etc, y salinas en funcionamiento, abiertas a eventos ludicos-culturales, puestas en marcha por empresas familiares de San Fernando, como la Salina de San Vicente, o de Chiclana, con el Centro de Recursos Ambientales de las Salinas de Chiclana.

Se trata de equipamientos que sirven como ejemplo del éxito que podría tener una actuación mayor, a vista de pájaro a lo largo de la lámina de agua y, apurando, llegando a vela hasta Cádiz tomando como base el Club Náutico de la Casería que actualmente forma un triángulo marítimo con los clubes de Puerto Real y la capital.

Al Club de la Casería se suman otro dtres clubes náuticos con una gran proyección de futuro y aceptación dentro de las poblaciones limítrofes, que son el mismo de Santi Petri, el de Gallineras y el de Puente de Hierro.

“Con las instalaciones antes descritas, existen prácticamente todos los factores para crear recorridos en barcos de pequeño calado, que naveguen el Caño, con paradas intermedias en los edificios históricos más importantes”.

Crear un nuevo futuro para la Bahía de Cádiz

José María Cano piensa que para poner en marcha ese eje cultural y turístico serían necesarias unas intervenciones, en principio de bajo presupuesto, como pueden ser la recuperación de algunas o todas las baterías defensivas posibles, la construcción de pequeños embarcaderos sobre pilotes de madera, como lo ha habido siempre en las salinas, y el dragado y señalización de la canal de navegación que está desapareciendo, para que pueda ser navegable, incluso en marea baja.

“Existe un gran problema que nos hemos creado en los últimos años, que yo personalmente se lo comuniqué al alcalde de San Fernando, previamente a la construcción de la variante, y es el poco gálibo existente en los pasos elevados construidos recientemente, y que no han tenido en cuenta la posibilidad de pasos de embarcaciones de tamaño medio por debajo de los puentes, como lo del ferrocarril, tranvía y variante, que apenas en marea alta no llega a los dos metros de altura. Con todo ello podrían pasar embarcaciones, siempre y cuando se dragara convenientemente el Caño”. dice Cano.

Todas estas actuaciones, “llevadas a cabo con una cierta ordenación y criterios definidos, desde un punto de vista metropolitano, darían lugar a crear unas fuertes expectativas para la puesta en marcha de empresas relacionadas con la cultura, el ocio, los deportes náuticos, y crear por tanto un gran atractivo para el turismo de la zona, que puedan crear un nuevo futuro para la Bahía de Cadiz”. Que falta le hace.

¿Por qué no se hace? Sería mejor preguntar si se está haciendo. Pequeñas empresas han comenzado a tomar posiciones realizando diferentes ofertas, pero es necesaria una actuación institucional que ponga las bases de esa incipiente industria. Sobre todo para cuando las instituciones se den cuenta de que funciona y entren como elefante en una cacharrería, no se carguen lo ya conseguido por la pequeña empresa.

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