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San Fernando

Lazaga escondía más de 2.000 cartas privadas de un valor histórico incalculable

Datan del periodo comprendido entre 1850 y 1950 y todo lo recabado forma parte de un proyecto multidisciplinar que culminará con la difusión pública de todo el material encontrado.

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La Casa Lazaga escondía entre sus paredes una colección de más de 2.100 cartas privadas de la familia Lazaga de un valor histórico incalculable del periodo comprendido entre 1850 y 1950, a lo que hay que sumar 393 fotografías realizadas entre 1860 hasta 1961 por fotógrafos muy destacados de la época, tanto a nivel nacional como internacional.

Una revelación que ha sido posible gracias a la ardua labor y al proyecto que se ha llevado a cabo por expertos historiadores y en el que se han implicado el Ayuntamiento de San Fernando, la Universidad de Cádiz, la Universidad de Huelva y el Ceimar, máxime cuando la recuperación de todo el material en los últimos años no ha sido fácil dado el grave deterioro que padecía dicha documentación por el alto grado de humedad del edificio, así como por los numerosos animales que han pululado por su interior, sobre todo palomas, roedores e insectos.

Los resultados de este importante hallazgo histórico para San Fernando, en el que se ha estado trabajando en silencio en los últimos años, han sido dados a conocer este lunes en el Museo Histórico Municipal durante un acto que ha estado presido por el alcalde, José Loaiza, quien ha estado acompañado en la presentación del proyecto  Alberto Gullón, director del proyecto y responsable del Ceimar en el mismo, Rosario Márquez, doctora en Historia y especialista en Historia Epistolar, Juan Martín, gerente de Ceimar-Cádiz, y Jesús Martín, coordinador del proyecto. También asistieron miembros del equipo de trabajo integrado por Antonio Sáenz y Diego Moreno, técnicos del Museo Histórico Municipal y los licenciados en Historia, Ascensión López, David Garrido y Alba Quintero.

El proyecto, que inicialmente tiene una duración de un año, trata de salvaguardar el amplio patrimonio documental de epistolares y fotografías encontrado en la Casa Lazaga. También comprende la catalogación y difusión del material documental existente, al objeto de tratar de explicar la dimensión, importancia y trascendencia de este patrimonio. El objetivo es generar un sistema en la red con unos criterios técnicos de catalogación y digitalización para que todos los que estén interesados en este material tengan acceso al mismo.

El colofón será un libro que se espera que vea la luz entre el mes de septiembre y octubre del próximo año, y que a su vez será un catálogo para visualizar el material digitalizado. Todo ello será presentado en unas jornadas sobre el mar y los Lazaga en el Museo.

El director del proyecto, Alberto Gullón, hablaba sobre la importancia del material descubierto en la Casa Lazaga. “Estamos ante un material acumulado por una familia que es modelo prototípico de de la élite del siglo XIX y XX en España, vinculada profundamente con el Océano Atlántico, no en vano encontramos en ella una estirpe de Guardiamarinas que llegaron a alcanzar puertos, cargos y destinos importantes de la administración española y establecieron lazos de sangre con la élite burguesa a ambos lados de ambos lados del Océano”.

El haber tenido acceso a las 2.100 epístolas de esta conocida familia isleña es “algo inaudito” si se tiene en cuenta la “información que tenemos de otros repositorios públicos y máxime de una sola familia. La importancia de este tipo de documentación se ha puesto de manifiesto en los últimos años y su incorporación al quehacer histórico ha cambiado nuestra percepción del pasado, enriqueciéndolo considerablemente”, señala Gullón.

La “abundante y gran versatilidad” informativa que ofrecen dichas epístolas “las convierte en documentos privilegiados para acceder al conocimiento del ámbito doméstico, afectivo e íntimo de toda una saga familiar, imposible reconstruir desde otras fuentes”, añade el responsable del proyecto.

Fondo fotográfico

En cuanto al fondo fotográfico, reúne imágenes captadas por profesionales de San Fernando como Andrey, Cepillo, Soriano de Acevedo, todos ellos referentes de primer nivel en la materia, destacando también los que montaron sus estudios fotográficos en Cádiz como Reymundo, Montequín, Nal y Chicano. También había fotógrafos de Sevilla como Beauchy y Rodríguez y del resto del panorama nacional como Laurent, Franzen, Ortiz Echagüe, Disderi, Conde de Vernay, Gautier, etc. También hay fotografías realizadas en los estudios ubicados en la llamada calle de los fotógrafos (calle O’Reilly) en La Habana por profesionales como Cohner, Fernández y López.

Por su parte, la doctora en Historia Epistolar, Rosario Márquez, con más de dos décadas de experiencia a sus espaldas asegura que “todavía no he salido de mi asombro”, añadiendo que “la correspondencia privada es una fuente fetiche y por eso para nosotros esto es como una fiesta”.

Márquez señala que solo conoce un caso similar en el mundo de una colección tan importante de cartas privadas y que está en París formada por más de 5.000 epistolares. “Este descubrimiento tiene un valor intrínseco incalculable, tanto cuantitativa como cualitativamente”, finalizaba.











 

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