Desde la Alameda Moreno de Guerra hasta la Plaza de la Iglesia hubo diversión para los más pequeños de la casa y caras embobadas de sus familiares.
Dos despedidas al verano, una en la playa y otra en el mismísimo centro de la ciudad. Dos despedidas oficiales, o simbólicas, porque el verano puede terminar en quince días y ponerse a llover -que hace falta- o no llegar hasta el día de la Lotería de Navidad. Por eso de que el tiempo no es como era antes, con cuatro estaciones.
Dos despedidas del verano y dos rotundos éxitos de organización y de participación, porque por participar lo hicieron hasta los Bomberos y la Policía Nacional, que abrieron sus vehículos y colocaron sus gorras a la chavalería que por unos momentos quería subirse a un patrullero o a un camión contraincendios.
El objetivo era llevar ambiente a la calle Real, esta vez a mitad de semana y sobre todo que los más pequeños se lo pasaran bien. Y que se lo pasaron bien se ve en las caritas de quienes se cruzaron con las cámara de esta casa.