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Sábado 16/11/2024
 

San Fernando

Presumen de superávit cuando tienen la ciudad tres años abandonada

Los gobiernos municipales sólo realizan obras para salir del paso y ahorrar de cara a los grandes proyectos que les permitan ganar las elecciones.

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  • Saben que la memoria de los electores es de seis meses hacia atrás. -

Están ahorrando durante dos años y medio desde que llegan al Gobierno a pesar de que la ciudad está pidiendo arreglos por los cuatro puntos cardinales. Y al tercer año, a uno de las elecciones, comienzan a poner en marcha los proyectos que les deben dar los votos para seguir gobernando.

Lo estuvo haciendo el Partido Andalucista durante los 16 años de Antonio Moreno y lo hizo durante los seis de Manuel de Bernardo. En el caso de la Alcaldía del Partido Popular también, pero con el agravante de que no le dio tiempo a hacer nada y perdió las elecciones.

Y lo han estado haciendo los socialistas y lo demuestran al presentar las cuentas como un ejemplo de gestión, cuando se trata de un ejemplo de mala gestión. Porque ahorrar por no gastar en nada más que el parcheo para tener callada a la ciudadanía es mala gestión.

Los andalucistas cerraron su larguísimo periodo de mandatos con un superávit de siete millones de euros, que al llegar José Loaiza al Gobierno se descubrió que había cientos de facturas sin pagar. Según los populares salían de todos los cajones y la realidad es que se tuvieron que dedicar a sanear las cuentas.

Hasta ahí bien en el Gobierno de José Loaiza, pero se demostró que ahorró demasiado siguiendo al pie de la letra los dictados del Gobierno central. Y Loaiza, que es un hombre de partido y además sabe obedecer, quemó las naves en la economía del “más con menos”.

Se demostró que nadie da duros a cuatro pesetas. Eso sí, con Loaiza llegaron los superávit de verdad y en 2013 se apuntó 4,5 millones de euros, en 2014 fueron 4,8 millones y en 2015 -a medias con los socialistas porque hubo cambio en la Alcaldía- el superávit fue de 7,5 millones de euros.

Dejando a un lado los arreglos de calles, en algunos casos criticados por la mala terminación de los trabajos -la política del más con menos- no hubo ningún proyecto de valor añadido para la ciudad.

Los socialistas han salido esta semana sacando pecho y el delegado de Desarrollo Económico -y otras diecinueve delegaciones más (no es una exageración)- Conrado Rodríguez, presume de un superávit de 7,5 millones de euros que se suma al superávit de 6,9 millones de euros de 2016.

O sea, desde que comenzaron a gobernar y dividiendo entre los dos gobiernos que hubo en 2015, unos dieciocho millones de euros que estaban llamados a ser gastados en arreglar la ciudad, por supuesto, pero también en poner en marcha esos grandes proyectos que generen riqueza y de los que presume Rodríguez, aunque no se ha visto ninguno todavía.

Se cumple al pie de la letra la estrategia electoralista y cortoplacista de los últimos gobiernos -populares y andalucistas y socialistas y andalucistas-  y lo ratifica la propia alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada, cuando habla de que se están poniendo los “ladrillos administrativos”. O sea, se está preparando la carrera electoral.

Mientras tanto en la ciudad sólo hay que darse una vuelta por las calles y quedarse asombrado cada vez más conforme se aleja uno del centro neurálgico -que también se las trae- y llega a las barriadas.

Las redes sociales están llenas de denuncias de todo tipo, desde aceras rodeadas de vegetación hasta las que están rotas; solares en los que el Ayuntamiento no interviene y son criaderos de ratas; calles que se asfaltaron la última vez durante el primer gobierno de Antonio Moreno...

Y desde ese panorama se llega al último episodio que demuestra la clase de gestión de la que están presumiendo socialistas y andalucistas. Si el mayor fracaso de una legislatura o de un mandato corporativo es no aprobar un presupuesto, al gobierno actual se le podría caer la cara de vergüenza por haber aprobado sólo uno y no revalidar el apoyo de quienes se lo dieron entonces porque incumplieron gran parte de los acuerdos a los que llegaron. En este caso con el grupo municipal de Ciudadanos.

A partir de ahora -eso sí- el dinero correrá por las calles y posiblemente la alcaldesa, Patricia Cavada, en vez de llevar tres años inaugurando el curso del CEPER María Zambrado con un papel diciendo lo que se ha avanzado en el “ladrillo administrativo”, quizá lleve la licitación del nuevo centro de educación de adultos bajo el brazo. Lo que no quita que lleve dos años de retraso. En ese y en el resto de proyectos aprobados en los Presupuestos Participativos de 2016. Los únicos.

Y es que tienen una cosa clara que está demostrada empíricamente. Los electores actúan por regla general en función de lo que ven en los seis meses anteriores a las elecciones. O sea, que van a tiempo.

El traslado del Centro de Educación de Adultos al antiguo edificio de los Juzgados (642.000 euros), Campus de Empleo (475.000 euros); paseo de la playa de Camposoto  (1.200.000) está en ejecución una fase y remodelación plaza del Rey (440.000 euros) son proyectos que deberían estar casi a punto de inaugurarse. Para la plaza del Rey se va a pedir el dinero ahora a través de los fondos ITI.

El Gobierno local, después del fracaso en la adecuación del Parque de la Historia en un centro tecnológico, fía los grandes proyectos a los fondos Edusi con los que se arreglará todo el borde este de la ciudad hasta Gallineras, con el enésimo proyecto para relanzar el puerto. Sin embargo, hasta ahora no se ha movido un ladrillo que no sean los ladrillos administrativos. Ni siquiera uno para el Museo Camarón.

Y por cierto, ya es fiar. Porque Costas les está dando un disgusto tras otro por querer saltarse los procedimientos administrativos, según el Gobierno central, o porque el Gobierno central les tiene manía, según los socialistas de San Fernando.

 

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