El sanluqueño Nolito decidió colgar las botas a los 36 años. Empezó a sonar fuerte cuando con 15 años debutó con el primer equipo del Atlético Sanluqueño. Fue ante el Dos Hermanas en el Estadio El Palmar en un partido donde logró un gran gol. Se olía, se palpaba, se vaticinaba, que el club de la Ciudad de la Manzanilla se le quedaba pequeño. El Valencia se interesó por su contratación. Jugó en el equipo juvenil de la División de Honor y también en el filial, el Valencia Mestalla.
Después recaló en el Écija, equipo con el que estuvo a punto de subir a la Segunda División A en una temporada donde le marcó un gol al Real Madrid en la Copa del Rey.
La línea ascendente la continuó en tierras catalanas. Formó parte del Barcelona B y disputó la Copa del Rey con el primer equipo, donde igualmente vio puerta. Del club culé pasó al Benfica, al Granada, al Celta, al Manchester City, al Sevilla y regreso al Celta. Su último equipo fue el Ibiza. El pasado 13 de septiembre comunicaba que colgaba las botas a nivel profesional.
Ha tenido el honor de lucir la camiseta de España en varias ocasiones, de ahí que se ganara el respeto y cariño de muchos sanluqueños. Así quedó demostrado en el homenaje que recibió recientemente en el partido que el Atlético Sanluqueño disputó y ganó por el resultado de 5-0 ante el Atlético Baleares. Recibió la Insignia de Oro del Club, una camiseta, una placa y realizó el saque de honor. Sus tres hijas y su mujer estuvieron presentes. También la alcaldesa de la ciudad, Carmen Álvarez, el delegado de Deportes, Víctor Mora, y por supuesto el presidente del Atlético Sanluqueño, Juan Cala. La afición verdiblanca, de pie, no paró de aplaudir y de corear su nombre.
Nolito manifestó a Sanlúcar Información que “fue un momento muy emotivo. Hacía tiempo que no lloraba. Mis hijas estaban emocionadas y todo fue muy bonito. Me acordé de mi vida desde pequeño, que no fue fácil, mi infancia, mi abuelo, mis compañeros, mis compañeros, de cuando debuté en este estadio con 15 años con el Atlético Sanluqueño ante el Dos Hermanas. Siempre digo que mi pueblo es mi pueblo”.
Resalta que “el fútbol me ha dado muchas cosas buenas. He sido un privilegiado y más porque nadie me ha regalado nada. He jugado muchos años en Primera División y pude competir en la Champions League y estar en la selección. Me hubiera conformado con la mitad de lo que he conseguido y también porque también he afrontado momentos malos”.
Será una temporada extraña para Nolito al no verse en un entrenamiento, en una concentración o en un partido oficial: “Ahora le podré dedicar más tiempo a la familia y más porque resido en Sevilla y en Sanlúcar. Me costó trabajo dar el paso. Tuve ofertas, una de Sidney, pero he acabado agotado. Seguiré jugando al fútbol… pero con los amigos…”
Añade que “me he llevado toda mi vida jugando al fútbol. Me ofrecieron jugar en el Atlético Sanluqueño porque Cala y Coke hablaron conmigo. Quiero seguir ligado al fútbol e iré a El Palmar para ver al equipo. Siento mucho El Palmar, estar en Sanlúcar en verano y en Navidad”.
Lo que es evidente es que Nolito es un sanluqueño que es muy apreciado en la ciudad. Niños y niñas no para de pedirle fotografías o autógrafos: “Siempre he querido ser el mismo. Trato a todos por igual”.
Ha pertenecido a clubes de gran envergadura pero no deja de reconocer que “el Celta me marcó mucho. Estuvo en Vigo cinco temporadas y media pero está claro que la edad no perdona”.
Del partido que presenció en el Estadio El Palmar, coincidiendo con su homenaje, destaca que “el Atlético Sanluqueño jugó muy bien ante un rival que perdió por 5-0 pero que tiene muy buenos jugadores”.
Ahora echa su pachangas con el equipo de veteranos de la Juventud Sanluqueña, que se denominaba Manzanilla La Goya, porque el balón es su segundo amor.