La Basílica de la Caridad acogió una ofrenda floral que se programó para celebrar el ascenso del Atlético Sanluqueño a la Segunda División, acto religioso que fue presidido por el párroco Don Luis Núñez, que contó anécdotas de su etapa como futbolista, y que resultó ser muy ameno y sencillo. Al templo acudieron los componentes de la plantilla, directivos, cuerpo técnico, aficionados y allegados al club.
Don Luis Núñez recordó al malogrado Miki Roqué, defensa del Betis que no pudo superar una grave enfermedad y que volvió a vestir de luto al fútbol español, y terminó diciendo “viva el Atlético Sanluqueño”, club que recibió unos rosarios y que el presidente, Manolo Fernández, se encargó de repartir. Una vez finalizada la ofrenda floral, siendo el delantero Abel Luque y Pepe Carrete los encargados de subir al altar, todos los componentes de la plantilla accedieron para posar juntos delante de la Virgen de la Caridad, Patrona de Sanlúcar.
Todos los jugadores se desplazaron hasta la Basílica de la Caridad en el autobús descapotable, que recorrió las calles de la ciudad para acceder hasta la Calle Ancha y saludar a sus aficionados desde el balcón del antiguo Ayuntamiento y terminar una jornada que fue bastante agotadora en La Bodeguita, establecimiento hostelero donde tuvieron una cena casi de despedida porque al día siguiente fueron recibidos por la alcaldesa, Irene García, en el Ayuntamiento. Los verdiblancos, sin la presencia de los futbolistas de otras ciudades, desayunaron juntos, con lo que ahí sí que se puso el punto y final a una temporada que será para enmarcar porque 20 años después el club regresó a la categoría de bronce.
