En 2005 Cáritas Interparroquial atendía en Sanlúcar a 180 familias. En 2012, son un total de 1.000 familias sanluqueñas las que demandan ayuda por parte de esta entidad, cuya labor se canaliza mayoritariamente a través de las parroquias existentes en el municipio. Se trata de un incremento del 555% en apenas cinco años. Una cifra que pone sobre la mesa las consecuencias que la crisis conlleva en localidades como Sanlúcar, en la que casi el 7% de la población necesita ayuda de entidades sin ánimo de lucro o administraciones para llegar a fin de mes.
Eduardo Merino es, desde hace cinco años el responsable de Cáritas Interparroquial en Sanlúcar. le ha tocado vivir de cerca las necesidades más acuciantes que la crisis económica ha provocado en las familias sanluqueñas. “Hay casos muy preocupantes, de familias que van a perder la vivienda o gente que ya la ha perdido y nos pide ayuda para poder pagar un alquiler”, señala. Desde Cáritas ayudan principalmente con comida a aquellas familias que acreditan tener una situación crítica. Se les facilitan bolsas de comida con alimentos básicos para afrontar el mes y también ayudas parciales para el pago de recibos de luz o agua. Para conceder estas ayudas, que en la mayoría de los casos gestionan las diferentes parroquias “se analiza a cada familia”, explica Eduardo Merino.
Las ayudas que ofrece Cáritas proceden, en el caso de los alimentos, de las aportaciones que realiza el Banco de Alimentos (pasta, leche, tomate, caldo, natillas), así como de las donaciones realizadas por particulares, hermandades y el dinero recaudado en los actos benéficos de la entidad, que destinan a la compra de alimentos básicos que no reciben del Banco de Alimentos (aceite, grano, azúcar, café). “No llegamos a cubrir la demanda que hay”, precisa el responsable de Cáritas en Sanlúcar, quien añade que este año “está siendo especialmente duro” ya que “también se han reducido las aportaciones por parte de la Administración y esto conlleva que, por ejemplo, la campaña de Navidad del año pasado nos costara dinero”. “Estamos quitando un problema y encima no nos quieren ayudar”, se lamenta Merino.En diciembre de 2011 fueron 1.400 familias las que recibieron una bolsa de alimentos básicos por parte de Cáritas., lo que supuso un gasto de 60.000euros. Cada mes, Cáritas destina unos 2.000 euros a la compra de alimentos para completar las ayudas recibidas.
Los destinatarios de las ayudas de Cáritas también han cambiado en los últimos cinco años. Si antes eran ciudadanos con un perfil sociocultural bajo los que acudían a pedir ayuda, ahora son principalmente gente de clase media “que antes de la crisis tenían su vivienda, su campito como segunda residencia”, señala Eduardo Merino. “El tema de la construcción ha hecho mucho daño en Sanlúcar”, añade.
Junto a las ayudas en alimentación o para el pago de los recibos, Cáritas está ofreciendo cursos de formación para intentar paliar la lacra del desempleo.
AUMENTAN LAS DONACIONES
La otra cara de la moneda encuentra sentido en la solidaridad. Ante las necesidades de cada vez más afectados por la situación económica actual, desde Cáritas constatan también el incremento de las donaciones. La recaudación de los ‘cepillos’ de las iglesias durante el primer fin de semana del mes van destinadas a Cáritas. Sólo el año pasado la entidad recibió 190.000 euros en donaciones, más lo recaudado en las parroquias.
Junto a Cáritas también ofrecen ayuda en Sanlúcar la asociación Mujeres Solidarias, las Hermanas de la Cruz y la AA.VV. Palomar.
