“Ésta es la Casa de Dios y la Puerta del Cielo”, es la inscripción en latín que puede leerse en el dintel de la Iglesia del Carmen, sede de la hermandad de la Divina Misericordia, ‘El Pusillus’ conocida cariñosamente por todos. La puerta de un cielo que pregonaba lluvia se mantuvo entreabierta en todo momento, dando pie a disfrutar de las dos cofradías de la tarde, pero siempre con vistas a lo alto.
Así fue como, con esa sensación en el cuerpo, aplaudieron los fieles cofrades en calle San Juan tras la apertura de las puertas a las 18.40h de la tarde, señal inequívoca de que el “pequeño rebaño” del Pusillus ya estaba en la calle.
Enigmática de principio a fin, de Cruz de Guía a guardabrisa trasero del paso del Soberano Poder, tanto en enseres, muchos de ellos adornados copiosamente con pinturas de simbología pasional, como en compostura de los hermanos de filas que conformaban el cortejo.
Marco Antonio Bobillo comandaba el paso de Cristo, que estaba acompañado magistral y musicalmente por la Banda de Cornetas y Tambores Cristo de la Sangre, de la hermandad de San Benito de Sevilla. Un paso de Cristo que, al compás de”Réquiem”, recorrió los primeros metros de la calle San Juan, en una Estación de Penitencia cargada de sensaciones nuevas, pues el Año Jubilar de la Misericordia toca de lleno a esta corporación, que dedicó su salida a los refugiados de guerra y las personas sin asilo.
Mucho se ha hablado durante todo el curso cofrade de la primera de las dos hermandades de la tarde en transitar por la Carrera Oficial, ‘La Cañita’. La incorporación de tres figuras al misterio y una banda tras el Señor de la Humildad y Paciencia, así como el nuevo techo de palio y la finalización del bordado interior de la caída delantera del palio de Ntra. Sra. de las Lágrimas, no eran para menos. ¿El resultado? Sorprendente e inesperado, sobre todo el del misterio, pues la consonancia del mismo con el estilo de la corporación en la calle es máxima.
Se vivieron momentos muy de cofradías de la hermandad en su conjunto, en la confluencia de las calles Jerez, Santiago y Cárcel, así como en la entrada al primer tramo de Carrera Oficial. El misterio, a los mandos de Félix De los Reyes, llegó magistralmente de calle Santiago, con los sones sevillanos de la Banda de Cornetas y Tambores Ntro. Padre Jesús del Gran Poder de Coria del Río.
Las 14 cartelas pictóricas de la canastilla, cada una de ellas representando una Estación del Vía-Crucis, cobraban aún más sentido con la Imagen que se representaba sobre las mismas, la Coronación de Espinas del Cristo de la Humildad y Paciencia, que se ha coronado como uno de los estrenos de la Semana Santa de este año.
En cuanto al palio de Ntra. Sra. de las Lágrimas, no hay calificativos. El cielo de Sanlúcar se dejaba entrever contemplando a la Virgen, que eclipsaba su mismo joyero. Y es que el dibujo del nuevo techo de palio está diseñado de forma que el bordado daba paso a la maya, la cual permitía contemplar la bóveda celeste al tiempo que a la Virgen de las Lágrimas.La paloma del Espíritu Santo era gloria bajo la misma Gloria. Podía leerse en las dos caídas interiores ya finalizadas “Mater Lacrimosa Ora Pro Nobis”, Madre de las Lágrimas ruega por nosotros.
Antes de hacer entrada en la Carrera Oficial, la familia Jiménez, muy cercana a la cofradía, ofreció sendos ramos de flores, tanto a las plantas de la Virgen, como del Cristo. Hacemos nuestro ese gesto de agradecimiento a Dios y María, pues de no haber sido por ellos, lo que acabó siendo un magnífico Lunes Santo podría haber terminado de forma meteorológicamente distinta.