Salvo giro imprevisto en la negociación, la huelga convocada por el comité de empresa de Biorreciclaje de Cádiz y UGT se prevé dura y larga. Los ánimos entre los empleados están encrespados tras la propuesta decretada para los servicios mínimos que, en palabras del portavoz de los representantes sindicales José Porras, “no contribuye a alcanzar un clima de confianza, diálogo y puntos de encuentro”.
Aún ha de celebrarse el encuentro en el Sistema Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales en Andalucía (Sercla) el próximo 30 de mayo, el mismo día del inicio del paro indefinido, pero Porras no es optimista.
“Biorreciclaje no está valorando la gravedad de la situación”, advierte. Y remarca que, si bien es importante alcanzar un convenio colectivo digno, lo es más todavía mejorar las condiciones de trabajo. En este sentido, recuerda que los operarios llegan escasamente al Salario Mínimo (SMI) y únicamente si se computan todos los pluses como nocturnidad, tóxico o penosidad.
Además, la plantilla “tiene que hacer un sobreesfuerzo porque la empresa no se ha preocupado de invertir en la plantas”. Al respecto, denuncia que apenas se recicla un 8% del total de residuos que tratan porque la cinta transportadora se encuentra en un estado defectuoso y soporta sobrecarga. Tampoco ha destinado recursos a mejorar otro material de trabajo como la flota de vehículos, con algunos sin pasar la ITV actualmente. UGT ha anunciado ya que todas estas cuestiones serán denunciaas ante la Inspección de Trabajo.
“La empresa tan solo se ha preocupado de obtener beneficios económicos”, lamenta Porras, quien se pregunta dónde está todo el dinero que ha ganado desde 1999 con los impuestos de los gaditanos. En mejoras salariales y de las instalaciones, no, se responde. “Biorreciclaje quiere seguir exprimiendo la misma teta; le gusta el pan con manteca por los dos lados”, insiste, y pide al Consorcio para la Gestión de Residuos Urbanos de la provincia de Cádiz que medie para evitar una huelga que afectará a 34 municipios.