Un ensayo de James Hook a los 72 minutos puso el marcador en un 20-17 que intranquilizó el templo del rugby inglés, porque Gales, crecida, estaba a un paso de remontar el partido, pero una intercepción a los 76 acabó con una marca -la segunda del partido- de James Haskell y la sentencia.
Los últimos diez minutos dieron más de sí que el resto del partido, en el que las ataduras primaron sobre la imaginación, y ni siquiera el 20-3 con el que se situó el XV de la Rosa al inicio del segundo tiempo les permitió respirar tranquilos hasta el final.