Solbes ha dado con el clavo, tarde, pero ha dado. Efectivamente, el Gobierno ha estado jugando con nosotros y con las cifras. Y después de este anuncio queda claro hasta qué punto no tiene un plan global de cómo estamos, a dónde vamos y qué hacer para solucionarlo. El drama es que ni siquiera ilusiona con las medidas anunciadas. Pocos creen que nos lleven a algún lado, porque no saben ni de dónde partimos ni por tanto a dónde vamos.
No sabemos lo fundamental y que es básicamente qué modelo económico quiere pergeñar el Gobierno para este país. De momento intenta tapar agujeros, pero lo está haciendo sin coherencia y de forma equivocada. Hay que oír a José Blanco comparar a Zapatero y Obama. EEUU plantea un plan, que se puede discutir y que ya veremos en qué queda cuando pase por las Cámaras, pero que ilusiona a sus ciudadanos y creíble para los inversores. España va a llenar los ayuntamientos de minúsculos proyectos de obritas que no conducen a nada y que ahondan en el déficit de las cuentas públicas sin objetivos ambiciosos y sin proyecto de país.
Ahora que ya saben, que han descubierto que sus cifras son irreales, hagan bien las cuentas o sea el diagnóstico y pongan el remedio que a corto y medio plazo saque a este país de la crisis y le ponga en el camino de la modernidad y la prosperidad. No nos vendan otra vez el ladrillo y el consumo como único modelo de crecimiento. Ese que tanto denostaron y por el que tan poco han hecho para cambiarlo. Han pasado casi cinco años y ya no tienen excusa.