Ahora, un año después, el Juzgado de lo Social número 1 de Jerez declaraba improcedente dicha demanda tras rechazar el contrato privado que Otero suscribía con el club. Dicho de otra manera, sólo reconoce el contrato suscrito con la Federación Española de Fútbol y no el que tenía firmado un año antes con el Racing Club Portuense.
Tal y como el propio ex técnico valoraba días atrás a este medio su postura. “Hay una demanda ganada, un certificado de empresa, un contrato del INEM y un informe de magistratura donde se reconoce que el club me debe pagar”. En ella también se quejaba del trato “parcial” con el que actuaba a su entender la administradora concursal con los acreedores.
Todo ello ha resultado valer de poco observando el dictamen final. Y así, de los 136.000 euros que Javier Otero reclamaba como parte de su despido, la sentencia es clara y sólo reconoce 8.000. Demasiada diferencia.
Pide la misma vara de medir
La defensa utilizada por el club sigue sin gustar a éste. Otero tira de hemeroteca y recuerda que el actual presidente, Ignacio Corzo, “estaba en la directiva cuando se descendió de Segunda B a Regional por no pagar. Cuando llegó Manuel Lores, ex presidente racinguista, tuvo que pagar los 180.000 euros para que el equipo pudiese competir en Segunda B tras ascender. Y esa deuda no era de él, esa ya estaba antes. Corzo tiene mucha culpa de esa deuda porque era directivo entonces. De igual modo, ahora quiere responsabilizar a Lores de todas las deudas. Tenemos que estar agradecidos a éste porque hizo muchas cosas buenas”. Javier Otero quiso recordarle al actual presidente que “toda la culpa de las deudas las tiene que asumir. Ahora es fácil echar las culpas a Lores”.
Para finalizar volvió a reiterar que “voy a pelear porque no considero justa la sentencia”.
El encargado de llevar el asunto judicial de éste, Javier Camacho Barba, como era de esperar, no estaba conforme con lo dictaminado por dicho juzgado. El asesor laboralista reconoció que “iremos al Tribunal Supremo o donde haga falta. Lo que está claro es que seguiremos dando guerra”. La sentencia declara válido el tiempo en el que éste estuvo afiliado a la seguridad social no otro.
En cuanto a la labor que ha venido desempeñando Yolanda Morales, administradora concursal, Camacho cambia de tono y respira profundamente. “De la administradora concursal no quiero ni hablar. Al menos en el juicio de Javier Otero se ha decantado descaradamente del lado del Portuense”, se lamentaba Camacho Barba.
Contrato privado sin validez
Para el 14 de febrero está previsto en el Juzgado de lo Mercantil de Cádiz otro juicio que posiblemente no se celebrará, dado que el recurso interpuesto frenará cualquier otra actuación judicial. Sin duda, este juicio puede marcar un precedente importante viendo el panorama que se le presenta a la entidad para el próximo mes de noviembre cuando están previsto que se celebren más de 30 juicios. Estos serán los pertenecientes a las incidencias concursales. En ellas se dilucidará la cantidad que según el juzgado mercantil, el club rojiblanco adeuda a los acreedores.
Estas cantidades se sumarán y dará con ella el montante total de la deuda que acumulará el Racing Portuense en este proceso concursal.
Según fuentes consultadas, esta cifra pudiera llegarse a conocer a finales del presente año, que será el momento donde por fin, se conozca públicamente la cantidad real que debe el club.
Reconoce el “choque”entre ambos
La dimisión de Manolo Muñoz Miranda al frente de la tesorería del club racinguista sigue acaparando comentarios a cerca de la tormentosa relación que mantenía con la administradora concursal, Yolanda Morales. Todo ello, tras lo expuesto por el ex directivo en su despedida y tras lo manifestado por el propio presidente en la web oficial del club, en la que llega afirmar que las “relaciones con la administradora concursal, chocaban ambos en sus opiniones, no se ponían de acuerdo”. La insinuación de la frialdad en la que se despidió el ex tesorero en rueda de prensa en la que este medio se hizo eco de ello, la máxima autoridad de la entidad, quiso aclarar que “nadie puede insinuar malas relaciones con el resto de los directivos, entre los miembros de la junta somos amigos y es una persona que ha trabajado muy bien por el club”. Al parecer, el malestar dentro del club es otra. El buen hacer del ex directivo, que fue el estandarte de la elaboración documental concursal, parece haber pasado a un segundo plano tomando un protagonismo y una mayor preocupación, más por lo publicado por este periódico, que a la frialdad con la que se marchó en su despedida por el poco respaldo físico mostrado en su adiós.
Javier Otero. “Tenía un contrato privado con la entidad y debe valer”.
“Se me da la razón en parte y aunque estoy satisfecho, vamos a recurrir. Tenía un contrato privado con la firma de la entidad y eso debe valer. La sentencia se contradice ella misma. No tengo culpa que en ese contrato privado no se me haya dado de alta en la Seguridad Social. Ése es un problema del club, no mío. Seguiremos recurriendo hasta que se me den la razón”.
Ignacio Corzo. “Va todo muy bien, mejor de lo que esperábamos”.
Respeto a la justicia y a las sentencias dictadas, ésa fue la postura que tomó el club, que por medio de su presidente prefirió optar y no hacer ninguna manifestación pública. Sólo admitió que todo el proceso en el que está inmerso la entidad va “muy bien, mejor de lo que esperábamos”. El presidente pidió respeto a las decisiones tomadas por los jueces.
Incidencias concursales. La sentencia puede marcar el camino a seguir
La sentencia dictaminada por el Juzgado de lo Social puede haber marcado el camino a seguir en todo el proceso concursal. Para el próximo mes de noviembre está previsto que se celebren más de 30 comparecencias entre el club racinguista y los distintos acreedores. En ellas darán más claridad a un proceso que se alarga en el tiempo y que parece que empezará a despejar dudas.
