Serbia cuenta con la ventaja de jugar a domicilio. Espera un ambiente acalorado y ve el apoyo de su público como un elemento muy importante para conquistar la “Ensaladera”.
“Será crucial para nosotros ese gran apoyo porque es incierto qué va a pasar en los partidos ya que ellos (los franceses) tienen un equipo muy fuerte. Pero el apoyo de la gente puede desempeñar el papel crucial”, según Novak Djokovic, número tres del tenis mundial, quien liderará el equipo serbio.
También favorecen a los serbios unos datos estadísticos que muestran que desde 1981, cuando fue creado el Grupo Mundial de la Copa Davis, los equipos anfitriones ganaron la final en la mayoría de las veces.
Pero les desfavorecen otros, que indican que de las 21 naciones que llegaron a la final por primera vez sólo 5 conquistaron el trofeo en el primer intento.
Los duelos se celebrarán en Belgrado, en un pabellón con 16.200 plazas en el que la selección nacional serbia ha sido invencible hasta ahora.
Se jugará bajo techo, en pista dura, que conviene a ambos equipos.
Esta es la primera vez que Serbia y Francia se encuentran en una final de esa competición.
Los dos países ocupan las posiciones 4 y 5, respectivamente, en el ránking de naciones de la Copa Davis de la Federación Internacional de Tenis (FIT), encabezado por España.
El ganador de esta edición de la competición subirá al segundo puesto.
Francia tiene una larga historia en la Copa Davis, ya que se sumó a la competición en 1904, sólo cuatro años después de su fundación, y jugó la final en 16 ocasiones, de las que ganó en nueve, la última vez en 2001.
Para llegar a esta final, los galos han ganado a Alemania, España y Argentina.
Serbia juega en la Copa Davis desde 1995, y para clasificarse a la final de esta edición ha ganado a Estados Unidos, Croacia y a la República Checa.
Además de Djokovic en el equipo serbio figuran también Viktor Troicki, Janko Tipsarevic y Nenad Zimonjic, como figuras destacadas.