Tal día como ayer, 31 de marzo, pero hace cuarenta años, cerraba La Voz del Sur, que había sido santo y seña de la información periodística local desde 1936, desde ese trágico año para España y hasta 1963 con el nombre de Ayer y desde ese tercer número de la década de los 60 con el del que cerró. Incluso un día apareció la cabecera con los dos nombres. Se cerraba aquel final de marzo no solo un medio informativo, sino una forma de hacer periodismo, una manera de vivir una profesión y hasta, me atrevería a escribir, un modo de vida en una sociedad que cambiaba a pasos agigantados con los nuevos aires democráticos y con la llegada de las nuevas tecnologías que ya, incluso, se dejaban sentir en aquellos viejos periodicos que tras el trabajo de la redacción, con la añeja olivetti golpeada de día y de noche, tenía una labor artesanal de cajas y linotipias, de plomos y tintas, de galeradas y correciones, en los talleres donde convivían muchos más compañeros de los que lo hacíamos en esas redacciones llenas de humos, de ruidos, de charlas y, en ocasiones, hasta de copas en noches eternas donde alternábamos escribir de lo local con corregir y titular los despachos de agencias que llegaban de aquellos teletipos que cuando campaneaban de forma repetida anunciaban que una noticia importante llegaba.
Lloré como solo se hace cuando algo te duele mucho aquella noche en la que, no sé por qué diantres, al director de entonces, Benigno Cid, le dio por montar una fiesta donde solo había crujir de dientes porque el medio, que estaba bajo la protección del Estado, había salido a subasta para su compra por empresarios independientes y la misma quedó desierta. Jerez dejó morir al que había sido su periódico y sin embargo aquello se celebraba. Increible pero cierto.
Lo unico verdadero es que La Voz del Sur cerró, que se hizo el silencio en las madrugadas de Plaza de Las Angustias, que Jerez estuvo una semana sin periódico, que los trabajadores, entre los que me incluyo, no quedamos huérfanos de trabajo porque todos, menos los que optaron por la indemnización, fuimos transferidos a órganos oficiales pero también nos despojaban de nuestras profesiones...hasta tal punto que poco tiempo más tarde pedí excedencia para continuar mi labor, mi vocación de contar cosas.
Cosas se contaban hace cuarenta años como que, por fin, los drogradictos iban a ser tratados por la Seguridad Social. Era la noticia con la que abría la portada de aquel último número.Las bodegas seguían siendo el motor de la ciudad y se anunciaba que las exportaciones del jerez habían aumentando un 34 por ciento en enero. A nivel local destacaban las noticias de una exposición de Cristóbal López en la Caja de Ahorros de Ronda o de Manuel Barahona en la sala F. Daza o el ingreso en la Academia de San Dionisio de Isidro García del Barrio e incluso la intervención en directo en Radio Jerez del alcalde, entonces Pedro Pacheco, que contestaría a las preguntas de los oyentes. La información religiosa hablaba de varios besapies y besamanos para el domingo, una conferencia de Manuel Ruiz Cortina en Las Angustias, el pregón de Pepillo en El Puerto y el de la Semana Santa de Jerez, el 8 de abril, de Juan Pedro Cosano, presentado por María José Ojeda.Sorpresivamente la informacion del día, que era la presentación del Circuito de Velocidad, no copaba la primera página y venía en otras interiores. En Deportes, además, el Xerez, se decía, recibía al Aragón en partido intrascendente y el Jerez Industrial, uno en Segunda B y otro en Tercera, viajaba a Alcalá de Guadadira.
En la cartelera, en el Cine Riba se podrían ver dos películas -Asalto al furgón blindado y Dos mulas y una mujer- por el precio de una . En el Villamarta una sesión infantil con La Diosa salvaje y luego Movida en la universidad. A las 10 de la mañana película S en El Jerezano, Tengo derecho al placer, y en el Luz Lealas, Inés de Villalonga y también en el Delicias, Cariño mío qué has hecho . Otras películas en cartelera eran Feliz Navidad Mr Lawrence y Cuando Almanzor perdió el tambor. En el Casino Bahía de Cádiz, Las sandalias del pescador. El cine, sábados y domingos, costaba 75 pesetas las mujeres y 125 los hombres. La pareja 200 pesetas. Solo había una cadena de television, TVE, que abría emisión a las 11 de la mañana y cerraba a las 0.30. La segunda, VHF, emitía de 15.30 a 0 horas.
Tiempos que no tenían nada que ver con estos. Ni móviles, ni ordenadores, ni redes sociales, a veces ni siquiera grabadora y con servilletas de bares como papel para escribir las noticias que después se volcaban en la máquina de escribir. Otra sociedad. Ni mejor ni peor, sino distinta. Otro periodismo, en aquel entonces incluso articulando la vida de la ciudad. Ni aquel ni este, totalmente diferente y, eso sí, Jerez dejó escapar su "periódico" como antes dejó ir tantas otras cosas. Será nuestro manera de ser, que no sé si ha cambiado...