Francisco Buiza ha sido uno de los escultores más infravalorados de la historia moderna, aun habiendo dejado imágenes para la historia como el Cristo de la Resurrección o el Cristo de la Sangre, pero ¿cómo fueron los inicios de este escultor?
En los albores de su etapa como escultor, Miñarro explica que el maestro Francisco Buiza “llega a Sevilla con 17 años, porque el padre los abandona y tenían que buscarse la vida como pudiera y la madre encuentra trabajo asistiendo a una familia de bien que vivía en el Patio de Banderas”
Sobre los primeros pasos en la talla en madera, Miñarro recuerda que “cuando iba al campo a pastorear cabras en la Vega de Carmona cogía palitos de madera de las raíces de los árboles tallando pequeños Cristos o bajaba a la vega del río, que había un barro azul y ahí moldeaba figuritas para belenes que luego secaba al sol y vendía”
Todo esto, hizo que Buiza tuviera una gran inquietud por la cultura y al llegar a Sevilla, “seguía teniendo todo eso en la cabeza, se iba al Salvador, a la Catedral a ver al Cristo de los Cálices, al Señor de Pasión, el Cristo del Amor, el Gran Poder y se llevaba horas y horas delante de la imagen”.
Esto y mucho más sobre la vida del escultor sevillano puedes volver a vivirlo en el último programa de La Pasión.