La Asociación de Empresarios de Mairena del Aljarafe (AEMA) ha celebrado este lunes la jornada "Los retos de la empresa familiar" en el Edificio Ariete, un evento diseñado para abordar los desafíos que enfrentan las empresas familiares en su continuidad generacional. En colaboración con la Universidad Loyola y con la participación de expertos como Antonio Barral, Horacio Molina y Leopoldo Parias, el encuentro ofreció a los asistentes herramientas prácticas para garantizar la supervivencia de sus negocios.
El presidente de la AEMA, Borja Uruñuela, abrió el acto agradeciendo tanto al Ayuntamiento de Mairena por su acogida como a los ponentes por su valiosa contribución. Durante su intervención, destacó la relevancia del tema abordado, recordando que más del 80 por ciento de las empresas españolas son familiares, según datos del Instituto de la Empresa Familiar. Toda la información que podamos trasladar a nuestros proyectos será de gran ayuda para superar los retos generacionales, afirmó Uruñuela.
Los expertos iniciaron sus ponencias señalando las complejidades inherentes a la continuidad de los negocios familiares. Según expusieron, solo el 40 por ciento de las empresas familiares logran pasar a la segunda generación, mientras que apenas el 13 por ciento alcanzan a la tercera generación y únicamente el 3 por ciento sobreviven a la cuarta o más allá. Este panorama refleja la necesidad de implementar protocolos claros y estrategias que aseguren una transición exitosa entre generaciones.
Desde AEMA subrayaron que uno de los principales retos radica en evitar que los negocios se desmoronen tras la jubilación del fundador. Para ello, insistieron en que es imprescindible formar a las segundas generaciones y fomentar que acumulen experiencia fuera del entorno familiar, preferiblemente en otras compañías y países. Esta experiencia externa, según indicaron, amplía las perspectivas y mejora las capacidades para liderar el proyecto familiar.
Leopoldo Parias, uno de los expertos invitados, destacó que las normas internas deben estar perfectamente definidas y por escrito. He sido testigo de compañías familiares que han fracasado porque no lograron acordar cuestiones como las retribuciones de los directivos o los familiares. Por eso, los protocolos deben ser claros y cumplirlos a rajatabla, explicó.
En esta línea, Antonio Barral recalcó la necesidad de mantener a la familia informada y alineada con un plan a medio y largo plazo. Ilusionar a la familia es clave para la supervivencia del negocio, señaló, insistiendo en que conocer el perfil de cada miembro involucrado en la empresa es fundamental para gestionar de manera exitosa las transiciones generacionales.
Otro aspecto crucial que abordaron los expertos fue el de la propuesta de valor, es decir, el elemento diferencial que posiciona a una empresa en el mercado. Horacio Molina subrayó que cada compañía debe identificar aquello que la hace única frente a sus competidores y enfocar sus esfuerzos en potenciar ese factor.
Además, Molina insistió en que las empresas familiares deben reflexionar sobre su dirección futura. No necesariamente hablamos de planes estratégicos formales, sino de una reflexión compartida por el equipo directivo sobre el futuro de la empresa. Esta visión debe incluir un análisis de costes y un plan de acción coherente, explicó el experto.
Durante la jornada también se resaltó la importancia de tomar decisiones en el momento adecuado. Según los ponentes, aspectos como vender una empresa o buscar nuevos capitales requieren una planificación detallada y consensuada. Perder el momento puede ser fatal para un proyecto empresarial. Los ritmos en el mundo de los negocios son fundamentales, advirtieron.
Además de las ponencias, la jornada sirvió para dar la bienvenida a nuevos socios de la AEMA. Los emprendedores y directivos recién incorporados compartieron sus proyectos y experiencias con el resto de los asistentes. La pasión y el compromiso de estos empresarios son el motor de nuestra comunidad. Creemos firmemente que la unión hace la fuerza, concluyó Borja Uruñuela.
Con esta jornada, la AEMA reafirma su compromiso con el apoyo a las empresas familiares, un sector esencial para la economía española, proporcionando recursos y espacios para el aprendizaje colaborativo y la mejora continua.
