En febrero, en el litoral jandeño, la tradición se entrelaza con el mar y la historia. En Conil de la Frontera, la almadraba, un arte de pesca milenario, celebró su tradicional ceremonia de bendición de las artes con las que se configurará el entramado de redes en espera de la llegada de los atunes rojos. En un ritual cargado de simbolismo, el cura local ha rociado con agua bendita no solo las artes de pesca, sino también a los cinco nuevos operarios que este año se suman a la empresa. En un sector como el pesquero donde el relevo generacional es cada vez más incierto, la almadraba parece ser la excepción, manteniendo viva una tradición que ha atravesado siglos.
Y es que las almadrabas gaditanas, Barbate, Tarifa, Zahara y Conil, ya están en plena faena con los trabajos en tierra y su posterior traslado hasta las aguas que bañan la costa de los citados municipios gaditanos. Conil, Zahara de los Atunes y Tarifa, bajo la gestión de la Organización de Productores Pesqueros número 51 (OPP-51), al igual que la de Barbate, en manos de Petaca Chico, se preparan para un nuevo ciclo que sigue un orden inalterable: calamento, pesca y leva. La primera fase, que acaba de comenzar, es una labor meticulosa que implica la preparación de boyas, redes y anclas que ya están siendo trasladadas al mar. Luego vendrá la pesca propiamente dicha, con las tradicionales levantás entre abril y junio, en las que el atún rojo salvaje será extraído de las aguas con la destreza que solo la experiencia puede proporcionar. Finalmente, en la leva, se recogerán los aparejos, marcando el cierre de la temporada.
Este año una novedad ilumina el horizonte: la almadraba de Sancti Petri, que, tras años en silencio, parece estar a punto de recuperar su actividad, quizás el año que viene. La posibilidad de obtener una cuota en breve alimenta la esperanza de volver a ver a Chiclana inmersa en un trabajo que fue motor de su economía no hace tanto tiempo.
El atún rojo salvaje de almadraba se ha convertido en un emblema gastronómico de la provincia, un producto codiciado que traspasa fronteras y dinamiza no solo el sector pesquero, sino también el industrial, hostelero y turístico. Con un plan de recuperación que ha permitido la estabilidad de la especie, se prevé que las capturas lleguen a su destino en el momento esperado, cuando el calendario marque el mes de abril.
En Conil, con la bendición de las redes y de los hombres que las manejan, se ha renovado el pacto ancestral entre el mar y sus pescadores. Un rito que es, al mismo tiempo, esperanza y memoria viva de una de las tradiciones más arraigadas del Atlántico andaluz.
Durante este acto, se rindió un emotivo homenaje al almadrabero, Mané Campo Tamayo, fallecido el pasado año, “persona muy querida” y que “formaba parte del grupo de buceo”, con lo que “creemos que era un día ideal para rendirle homenaje” con una ofrenda floral y un responso a manos de su padre en el Muelle Pesquero.
A este bautismo de redes asistía, como cada año, Marta Crespo, directora gerente de la OPP 51 Almadrabas. “En este día procedemos, junto al cura de la localidad, a bendecir todos los enseres y materiales que vamos a instalar en la almadraba. Ahora estamos en la fase de calamento en tierra y en este es el paso previo para ir a la mar”.
Crespo también habló de la bendición a los nuevos almadraberos “que este año se suman a la campaña y se incorporan a nuestra almadraba”.
Cuestionada sobre la situación de la almadraba de Sancti Petri, Crespo aseguró que “se trata de una pesquería que ya cuenta con licencia de pesca desde hace años y que actualmente solo está a la espera de que se le asigne una cuota de captura”, algo que espera suceda en breve porque “como ya se ha comprobado, el atún rojo se ha recuperado sobradamente y creemos que es el momento de que se le asigne una cuota y así pueda comenzar a funcionar de nuevo”.
La gerente afirmaba que “ya están todas nuestras almadrabas a pleno funcionamiento en la fase de calamento” en espera de comenzar la fase de pesca “para la que contamos con una cuota de contingencia por lo que seguimos necesitando aumentarla”. De hecho, “no podemos pescar más de lo que se capturó en los últimos dos años porque contamos con la misma cuota”.
A día de hoy “y en cuanto a las posibilidades de pesca, solo hemos podido aspirar a 70 toneladas más, pero seguimos en la búsqueda de la cuota vasca” la cual “no la descartamos”.
“Estamos sometidos al TAC y la cuota, ya no es como antes, que podíamos pescar todo el atún que entraba en la almadraba. Nos tenemos que limitar a las toneladas que se nos asigna”, explica Crespo. Hablamos de 1.640 para las cuatro almadrabas gaditanas, de los que 1.189 recaen en las tres que gestionan desde la OPP51. Una situación con la que “nos vemos abocados a comprar más cuota en el mercado” a pesquerías que no vayan a usarla”.
Y es que “la actividad de las almadrabas debe paralizarse una vez que alcanzamos esa cuota de capturas, lo que también supone una parálisis en el resto de actividades relacionadas con nuestra pesca”, que van desde la industria y el turismo, a la restauración y hostelería… “son muchos los municipios que durante esos meses realizan distintas rutas gastronómicas con nuestro atún rojo salvaje de almadraba como protagonista, lo que se traduce en la llegada de muchísimos turistas a la zona”.
Hablamos de “una pesquería, la almadraba, que genera empleo directo pero también genera muchísimo empleo y riqueza de forma indirecta”.
Por otro lado, sobre si la nueva política arancelaria de Estados Unidos afectará a las almadrabas, Crespo indicó que no, y la razón es porque “nosotros exportamos principalmente a Japón, que se lleva algo menos de un 40 por ciento de las capturas, mientras que el 60 ó 65 por ciento restante se queda aquí y es comercializado por Gadira”.
Por su parte, la alcaldesa de Conil, Inmaculada Sánchez, al igual que hizo Marta Crespo, quiso desear una gran temporada y que la climatología acompañe. Al respecto, Sánchez señalaba que “asistimos al tradicional bautismo tanto de las nuevas incorporaciones como de las artes de pesca” al tiempo que quiso destacar la emotividad del homenaje realizado “a una persona de gran relevancia dentro de nuestra almadraba y que lamentablemente nos dejó el año pasado”.
Y es que “la almadraba es una gran familia durante todo el año y sobre todo durante los seis meses en los que lo dan todo y realizan un enorme esfuerzo” en la captura del atún rojo salvaje a través de “un arte de pesca milenario como es la almadraba y que es el origen del pueblo de Conil”, por lo que “para nosotros siempre es sumamente importante el inicio de una nueva campaña”.
La primera edil conileña quiso a su vez sumarse a la reivindicación de más cuota para las almadrabas gaditanas “una vez que ya hay constancia científica de que la especie se ha recuperado” gracias en parte “al enorme sacrificio realizado por estas pesquerías” que son “las más sostenibles de todas las existentes” alrededor de la pesca del atún rojo… “tienen que escuchar sus voces” porque “la almadraba no solo genera puestos de trabajo directos, sino que son muchos los indirectos que se crean gracias a esta actividades”.
“Es”, añadió la alcaldesa, “una industria sostenible que genera mucho empelo y riqueza en nuestros municipios” pero aún así “las almadrabas deben comprar cuotas porque la realidad es que el reparto de la misma está mal ejecutado”.
Por último, el capitán de la almadraba de Conil, Antonio Ponce, habló en la misma línea que Marta Crespo durante el bautismo de las artes… “una tradición que se remonta a muchísimos años atrás. Nosotros realizamos dos bautismos, uno religioso en tierra, y otro con vino cuando ya hemos montado las redes en la mar”.
Ponce espera que “este año de nuevo sea una gran temporada” de pesca porque “la realidad es que la especie se ha recuperado y goza de muy buena salud”, salud que también desea a toda la familia almadrabera que acaba de iniciar la temporada… Una familia que “está deseando poner un plato de atún” en las mesas de la localidad.
El capitán de la almadraba también se sumó a las reivindicaciones de más cuota. Así este año se espera capturar unos 2.900 ejemplares de atún rojo salvaje, es decir, los mismos que el año pasado, “aunque todo dependerá del peso de los atunes” con un mínimo de 150 kilos cada uno”.
“Esperamos contar con más cuota el año que viene cuando se abra de nuevo el TAC”, deseó Ponce quien cree que “las primeras levantás se realizarán entre el 18 y 23 de abril, dependiendo de la climatología y otras condiciones que influyen en la llegada del atún rojo en su proceso migratorio desde el Atlántico Norte hasta el Mediterráneo”.
Para concluir, Ponce quiso resaltar que en esta pesquería, como bien se observa en las cinco nuevas incorporaciones, existe un relevo generacional garantizado… “de hecho existe una tradición no escrita en la que los hijos sustituyen a los padres que a su vez ocuparon el sitio de los abuelos”.