El noble Rodrigo Alonso Pimentel está ligado para siempre a Torremolinos debido a que la torre nazarí erigida entre los siglos XIII y XIV, que con los molinos del lugar originó el compuesto nombre de Torremolinos, fue rebautizada con su ilustre apellido. Como Torre de los Molinos o de Pimentel se conoce al baluarte madre de Torremolinos.
Rodrigo Alonso Pimentel fue el IV conde de Benavente. Nacido en 1441 y fallecido en 1499, participó en la Guerra de Sucesión Castellana, que mantuvieron entre 1475 y 1479 los partidarios de Juana de Trastamara, apodada la Beltraneja, hija del fallecido Enrique IV, contra los de Isabel, hermanastra de Enrique IV, al objeto de hacerse con la Corona de Castilla. Rodrigo Alonso Pimentel, herido en el sitio de Toro y que en principio había luchado a favor de Juana, más tarde defendió la causa de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, y participó en la Guerra de Granada. Fue un destacado militar en dicha guerra y comandó una gran facción del ejército castellano que tomó Málaga y sus poblaciones, entre ellas el lugar de Torremolinos, entre los años 1483 y 1489, marchando a continuación hacia Granada, donde en 1492 firmó, junto a los Reyes Católicos, las capitulaciones en nombre de la nobleza.
En el archivo de Toledo, AHN Sección Nobleza, Osuna leg. 419-361, se encuentra la siguiente carta que el rey Enrique IV de Castilla envió el 16 de mayo de 1462 a don Rodrigo Alonso Pimentel. Relata el rey en la carta la verificación del juramento de su hija doña Juana (apodada la Beltraneja) como sucesora al trono de Castilla y ordena a Pimentel tenerla por reina, señora y sucesora, de la misma manera que ya lo habían hecho los prelados, grandes y procuradores del reino. He aquí el contenido de la carta real:
“Yo el Rey envío mucho saludar a vos don Rodrigo Pimentel, conde de Benavente, mi vasallo e del mi consejo, como aquel que amo e preçio e de quien fio.
Bien sabedes o deudedes saber que segund derecho e leyes e fasañas destos mis Regnos, el fijo varón legítimo primogénito, que al Rey nasçe, es heredero e subçesor en los dichos Regnos, e non aviendo fijo varón, es heredera e subçesora la fija legítima primogénita, e por tal heredero e subçesor ha de ser tomado e resçebido e jurado por los Perlados e Grandes e otras personas de los dichos mis Regnos, lo qual siempre se usó e acostumbró así.
E agora, como sabedes, a nuestro señor Dios plogo de me dar en la muy ilustre Reina doña Juana, mi muy cara e muy amada e legítima muger, a la muy ilustre princesa doña Juana, mi muy cara e muy amada fija primogénita, a la cual el infante don Alonso mi muy caro e muy amado hermano e los perlados e grandes e caualleros que en mi corte estaban e los procuradores de las çibdades e villas de mis Regnos, que por mi mandado aquí son venidos en esta villa de Madrid, a treinta días deste presente mes de mayo, todos unánimes, pública e solepnemente, reconociéndolo susodicho e conformándose con las dichas leyes de mis Regnos e fasañas e antigua costumbre dellos, desde agora para después en mis días la tomaron e reçebieron por su Reyna e Señora natural dellos e de guardar su vida e salud e honra e estado e que le serán leales e verdaderos e obedientes vasallos en todas las cosas, segund que mejor o más cumplidamente lo deben ser e fueron a mi e a los otros reyes mis antecesores de gloriosa memoria. Lo qual prometieron de guardar e conplir realmente e con efecto, non quedando de mi fijo varón legítimo, de legítimo matrimonio nascido, al tiempo que a nuestro señor Dios plaserá de me trasladar desta vida presente.
E por guarda e seguridad de aquesto fisieron pleito e omenaje e juramento en deuida forma, segund más largo en el ynstrumento dello se contiene, el traslado del qual será mostrado, firmado del mi seqretario juso scripto.
Fágouos lo saber porque es razón, e yo vos ruego e mando, sy serviçio e placer me deseades faser, que vos asymesmo prestedes e fagades a la dicha princesa mi muy cara e muy amada fija primogénita, el dicho juramento e pleito omenaje, segund que el dicho ynfante mi hermano e los dichos perlados e grandes e caualleros que aquí están e los dichos procuradores de mis Regnos lo fisieron, en lo qual faredes lo que deuedes e lo que segund derecho e leyes e fasañas e antigua costumbre de los dichos mis Regnos soys tenudo, e yo lo reçibiré en muy agradable e señalado plaser e serviçio. El testimonio de lo qual me enviad con Johan de Valle, mi vasallo, que sobre esto os envío.
Dada en la villa de Madrid XVI días de mayo año de LXII. Yo el Rey. Por mandato del Rey, Alvar Gomes”.
Seguramente en homenaje a Rodrigo Alonso Pimentel -sin descartar que se le concediera alguna propiedad en la población que más tarde se llamó Torremolinos-, la Torre de los Molinos fue rebautizada como Torre de Pimentel en aquellos gloriosos tiempos finales de la reconquista hispana. Sea como fuere, la ciudad de Torremolinos, a través de su torre madre, ha quedado inseparablemente unida al insigne apellido Pimentel.