Nacido en Cádiz y afincado desde hace más de cuarenta años en Dusseldorf (Alemania), Manuel Galinier estuvo siempre comprometido con la clase obrera, y especialmente con los miles de emigrantes españoles que se trasladaron en los años 60 a tierras alemanas en busca de bienestar económico. Ligado siempre al mundo del metal (era delineante en la empresa construcciones aeronáuticas (CASA) en Cádiz) se trasladó a Dusseldorf, donde trabajó de peón de una empresa auxiliar del sector de automóvil y comenzó su larga carrera sindical.
Considerado como uno de los pioneros del movimiento sindical en Alemania, consiguió ser en 1972 el primer presidente emigrante de un comité de empresa tras conseguir levantar la norma que prohibía a los extranjeros concurrir a las elecciones sindicales. A partir de este momento, fueron muchas las mejoras sociales y laborales que consiguió para dignificar la situación de miles de trabajadores.
Su relación con la Organización llegó en 1976, cuando empezó a trabajar para el sindicato alemán del metal IG Metall y la UGT (en clandestinidad en España).
Manuel Galinier recibirá sepultura hoy a las 13 horas en el Cementerio Mancomunado de Chiclana.