Nadal, que había superado dificultades notables en las dos rondas anteriores, frente al italiano Bolelli y el joven búlgaro Dimitrov, solventó con una mejor versión un duro encuentro ante Tsonga, en el que era el cuarto enfrentamiento entre ambos (3-1 para el español).
De nuevo la fiabilidad del balear en los momentos cruciales fue decisiva para anotarse el triunfo, en un partido de pocas concesiones por ambos lados, especialmente Nadal, que subió en su juego en relación a lo ofrecido los dos últimos días.
En la primera manga se aprovechó de su tercera pelota de break en el séptimo juego para apuntárselo por 6-4. Fue mucho más duro el encuentro en la segunda manga porque Tsonga se consolidó y forzó un tie-break de enorme calidad. El español se puso con 2-0, pero un inspirado Tsonga sumó seis puntos consecutivos para disponer de cuatro pelotas de set.
No aprovechó ni la primera, segunda ni tercera, pero sí la cuarta, gracias a un ace, para enviar el encuentro a la tercera manga. En la misma, un Nadal enrabietado se cobró el break de inicio y se situó con 2-0, pero el francés no cesó en su empeño y le devolvió la rotura, siendo agresivo desde el fondo y forzando a Nadal con sus subidas a la red.
Con 5-4 favorable a Nadal, el galo se desplomó. Estaba 30-0, pero perdió cuatro puntos seguidos y entregó el partido a Nadal, que sigue sumando en Rotterdam, en una superficie en que se siente incómodo pero en la que está a un solo paso de la final.
