“No hemos escatimado esfuerzos, pero Hamas es un grupo asesino y sin escrúpulos”, dijo Olmert en una comparecencia pública en la que oficialmente tiró la toalla en sus maratonianos esfuerzos por lograr la libertad del soldado antes de completar próximamente su mandato.
Pese a que los medios informaron de que el Ejecutivo saliente barajaba “dolorosas concesiones” a Hamas a fin de permutar al soldado por conocidos terroristas palestinos, Olmert aseveró que “el Estado de Israel tiene líneas rojas. No las cruzaremos”.
Su gabinete celebró ayer una sesión extraordinaria en la que analizó los esfuerzos para liberar a Shalit, capturado por el brazo armado de Hamas y otras 3 milicias palestinas en un ataque a una base militar israelí próxima a la frontera de Gaza en junio de 2006.
Tras el encuentro, varios ministros calificaron las negociaciones con el movimiento integrista de “estancadas”, y el titular de Justicia, el independiente Daniel Friedman, sentenciaba: “Ningún gobierno podría aceptar las demandas de Hamas”.
El Consejo de Ministros fue asesorado sobre el asunto por los enviados especiales en las negociaciones en El Cairo Ofer Dekel, y Yuval Diskin, jefe del servicio de seguridad interior, Shin Bet.
Frente a la sede del Gobierno israelí varios manifestantes y simpatizantes con la familia del soldado protestaron por el fracaso del proceso. Olmert les dijo que su gobierno “no claudicará ante los dictados que Hamas presentó en la negociación”.