Cojo, tuerto y manco desde los 25 años por las heridas en combate, lo que le valió el apodo de Mediohombre, Blas de Lezo recibe ahora el homenaje de Cádiz con una muestra que repasa su vida, la de un héroe que en el s. XVIII se convirtió en uno de los marinos más importantes de la historia naval.
"Blas de Lezo, el valor de Mediohombre" es el título de esta exposición, organizada por el Museo Naval y el Ayuntamiento de Cádiz, que se incluye en la programación con la que esta semana inicia la conmemoración del 202 aniversario de la promulgación de la Constitución de 1812, "La Pepa".
La exposición llega a la Casa de Iberoamérica de Cádiz, donde permanecerá hasta el próximo 12 de mayo, después de haber estado seis meses en el Museo Naval de Madrid, donde ha recibido más de 80.000 visitantes.
Setenta y una piezas sirven para recorrer la trayectoria del teniente general de la Armada Blas de Lezo, en la ciudad en la que estuvo destinado seis años y desde cuyo puerto zarpó en febrero de 1737 en su último viaje hacia América.
La muestra recupera la memoria de un marino conocido, entre otras hazañas, por encabezar en 1741 la defensa de Cartagena de Indias frente a la flota inglesa del almirante Vernon, muy superior en número.
A pesar de su carrera, murió sin el reconocimiento merecido y fue enterrado en una tumba de emplazamiento desconocido.
La Armada, que tiene en la actualidad una fragata F-103 con su nombre, colabora en esta recuperación de su memoria en una exposición que enmarca su trayectoria en el contexto de la primera mitad del siglo XVIII.
La muestra reúne 71 piezas procedentes del patrimonio de la Armada, una colección particular y nueve museos, archivos e instituciones españolas, entre ellas dos gaditanas: la Fundación Federico Joly Höhr, que ha prestado tres estampas del siglo XVIII que representan vistas de Cádiz y de la bahía.
Y también el Archivo Histórico Provincial de Cádiz, que ha cedido el poder testamental de Blas de Lezo, un documento de 1732 que se expone por primera vez.
Además de estos documentos, la exposición recoge las medallas acuñadas en Inglaterra para conmemorar la victoria de la flota inglesa en Cartagena de Indias, un triunfo que finalmente no se produjo.
Cuando las noticias de la derrota llegaron a Londres, el monarca Jorge II ordenó la destrucción de todas las medallas. Sólo unas pocas se salvaron y han llegado hasta hoy, la mayor parte conservadas en el Museo Naval de Madrid.
Un retrato de Blas de Lezo, la espada atribuida al teniente general, la lauda encargada en 1774 por el hijo mayor de Lezo para honrar a su padre, un modelo de navío de 64 cañones y una lámina del Álbum de Construcción Naval del Marqués de la Victoria, todos ellos fondos originales del siglo XVIII, son otras de las piezas de la exposición.
Se completa con gráficas, mapas y un audiovisual que muestra la arquitectura militar de Cartagena de Indias en 1746, la cual se convirtió en un ejemplo de ingeniería militar.
Las comisarias de la muestra, Mariela Beltrán García-Echaniz y Carolina Aguado Serrano, se han basado en fuentes documentales originales, algunas inéditas.
Fuentes consultadas en cinco archivos españoles, Archivo General de Indias, Archivo Histórico Nacional, Archivo General de Simancas, Archivo del Museo Naval y Archivo Histórico Provincial de Cádiz, y en el Archivo General de Colombia, para completar este recorrido en homenaje al valeroso Mediohombre.
Y para que la memoria del Mediohombre sea más permanente en la ciudad se ha descubierto una estatua al héroe en los jardines del Paseo de Canalejas.