En los meses de julio y agosto se lleva organizando, desde hace cuatro años, el “campamento urbano”, una iniciativa que lleva a cabo el patronato de deportes en la que participan niños de7 a 16 años en un horario de mañana, de diez a dos del mediodía.
El campamento se articula en quincenas, dando a los padres la posibilidad de inscribir a los niños en el campamento de la forma que más se ajuste a sus necesidades o vacaciones.
“El objetivo del campamento es transmitir a los chavales una serie de valores, como son el compañerismo, la solidaridad y la creatividad, a través de la realización de actividades lúdicas, deportivas, y culturales”, coment José Clemente, coordinador del campamento.
Junto a él, ocho monitores se encargan de que los 50 niños que participan cada quincena aprendan estos valores a la vez que se divierten. “Queremos que descubran que existen otros materiales tanto de manualidades como deportivos que pueden utilizarse y a los que ellos no suelen tener acceso, como el barro en las manualidades o la pelota gigante. Otro de los objetivos es que aprendan maneras alternativas de divertirse, en un intento de evitar que caigan en el botellón. Para ello realizamos también cóckteles sin alcohol, en colaboración con los servicios sociales del ayuntamiento y de la Asociación contra la Droga”, comenta José Clemente.
Entre las actividades que realizan en el campamento llaman la atención aquellas que enseñan a los niños deportes de discapacitados, cuyo objetivo es que conozcan y se sientan más cercanos a colectivos desfavorecidos. Así, entre estos deportes han practicado “Goal Boal”, en el que con los ojos tapados intentan colar una pelota con cascabeles en una portería, fútbol para ciegos, baloncesto en silla de ruedas, etc.
En este afán integrador, se ha introducido una novedad en el campamento de este año respecto a las ediciones anteriores. “Como veíamos que era complicado que asistieran al campamento los niños mayores de doce años, este año en la segunda quincena de julio, van a participar alumnos del Proyecto Olont , como una forma más de integración y de interacción con otros alumnos” explica Clemente.
Pero esta no es la única novedad que presenta este año el campamento urbano, ya que se han puesto en marcha dos nuevas iniciativas: por un lado la ludoteca, para niños de 3 a 6 años, que cuenta con cinco monitores de la Asociación Quinta Luna; por otro, el aula matinal, de 8 a 10 de la mañana, dirigida sobre todo a aquellos padres que tengan que trabajar, facilitándoles así un lugar en el que sus hijos puedan realizando actividades y al cuidado de profesionales.
“Lo más interesante del campamento es ver cómo los niños comienzan a hacer grupos casi sin conocerse, forman una piña con otros niños que, aunque también son del pueblo, no son de su ámbito más cercano. Otro hecho bastante satisfactorio es comprobar que ellos mismos descubren habilidades que nunca habían imaginado, como por ejemplo algunos niños en la actuación de play-back, en la que no sólo cantaron sino que también bailaron una coreografía”, continúa José Clemente.
En esta dinámica quincenal del campamento, uno de los momentos más interesantes es el de la clausura, en la que se organiza una fiesta de conviviencia a la que también asisten los padres y que se estructura en tres partes. Primero, se realizan una serie de actuaciones en las que los padres comprueban el trabajo realizado por los niños en el campamento y sus avances. Luego, en esta convivencia, se desarrollan juegos en los que participan tanto padres como hijos, en los que resultan escenas divertidas y en los que son los padres los que descubren entonces habilidades que no habían imaginado. Mediante carreras de zancos, búsqueda a ciegas guiados por sus hijos, se fomenta aún más la complicidad entre padres e hijos. Todo esto se culmina con una comida en la que los padres llevan algunos platos cocinados y el Patronato de Deportes aporta las bebidas. Esta sería la segunda parte de la fiesta de conviviencia.
Por último, los participantes del campamento se despiden de la quincena haciendo una acampada en el campo de fútbol que comienza a las once de la noche y finaliza aproximadamente a las diez de la mañana del día siguiente.
Una de las cuestiones positivas que comenta José Clemente, coordinador del campamento, es su precio asequible. “A diferencia de actividades similares en otros pueblos, en Gibraleón el precio es bastante más asequible. Sabemos que en Cartaya, por ejemplo, un campamento de este tipo llega a rondar los 230 euros, con la única diferencia de que se incluye la comida”.
En Gibraleón, el precio de la quincena es de 32,50 euros al mes para los abonados y de 45,30 euros al mespara los no abonados. Además, existen una serie de descuentos por tener más de un hijo inscrito, por efectuar el pago de dos quincenas juntas o porque la inscripción sea para más de una quincena. Este precio incluyen todas las actividades y excursiones, así como la asistencia de los monitores.
Una de las actividades más completas y con la que los niños disfrutan más es “La búsqueda del tesoro”, una singular gymkana en la que los niños tienen que realizar pruebas. Una vez superada cada prueba consiguen una pista y después con todas ellas resuelven el enigma de la búsqueda del tesoro. “En esta actividad hacemos participar a gente del pueblo ya que normalmente la celebramos en la Plaza de España. Algunas pruebas consisten en hacer que los niños consigan algo de los allí presentes (que aplaudan, que le den alguna moneda, etc) y esa interacción es muy divertida, además la gente suele colaborar en gran medida”, asegura Clemente.
Además de todas estas actividades lúdicas y deportivas, el campamento urbano también tiene un objetivo cultural. Por ello, entre las numerosas excursiones que se realizan, tambien se han realizado visitas a lugares de Gibraleón que son poco conocidos por los escolares, como el río o el convento, además también visitan las exposiciones que organiza el ayuntamiento, como la del Certamen Nacional de Pintura, que comenzará en breve y a la que visitan cada año. Tampoco hay que olvidar las actividades que realizan en todo tipo de lugares al aire libre, que ayudan a fomentar el contacto y respeto a la Naturaleza.