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Viernes 15/11/2024
 
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Sevilla

Ciencia e historia desentrañan el origen del Alcázar de Sevilla

La ciencia data los restos de un palacio primigenio junto al actual Alcázar a finales del siglo XI o inicios del XII, lo justo para que fuera de Al-Mutamid

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La ciencia data los restos de un palacio primigenio junto al actual Alcázar de Sevilla en finales del s.XI o inicios del XII, un margen de error corto pero lo justo para que pueda ser el primer palacio de Al-Mutamid o un edificio ya almorávide, que el análisis estético inclina hacia el rey poeta.

Los arqueólogos ya sabían que el primer recinto estuvo fuera del perímetro actual de los Reales Alcázares, un edificio descompuesto en nueve partes que son las casas del Patio de Banderas, no incluidas en la cesión del Estado a la ciudad en 1931 para gestionar el Alcázar, por lo que son propiedad de Patrimonio del Estado.

Las mismas, algunas deshabitadas, otras aún en alquiler de renta antigua y otras en su día subastadas por el Estado -según confirman desde el Ministerio de Hacienda la última en 2016- son objeto de frecuentes intervenciones de conservación como las iniciadas en 2012 en la casa número 8, construida en 1874 por el Marqués de Irún.

Es esa intervención, que acaba de concluir, la que ha sacado a la luz más de lo previsible y, sobre todo, en palabras del arqueólogo Miguel Ángel Tabales, "lo justo" para poder determinar la "forma exacta" del palacio y una datación precisa, un siglo anterior a la parte más antigua del Alcázar actual.

La forma del palacio es "una gran estancia oblonga con dos alcobas laterales cupuliformes y separadas los espacios por dos arcos geminados", uno de los cuales, "con toda su decoración", ha aparecido durante estos trabajos, explica a Efe Tabales, enfrentado de forma simétrica al arco que ya se conocía en la casa 2 pero que aquí estaba oculto tabicado.

Los trabajos también han permitido conocer "el módulo de la galería que se anticipaba a esa gran nave principal", donde el proyecto arquitectónico redactado por Javier Ochoa ha dejado al descubierto restos de las casas del barrio alfarero que existía en la zona en el s.XI y que destruyó Al-Mutamid para hacer su palacio.

Igualmente, la intervención ha permitido delimitar el "gran tamaño" del patio, "que estaba dividido en cuatro compartimentos, un andén de crucero y una fuente central".

A los restos descubiertos se le han practicado un centenar de pruebas de carbono 14, termoluminiscencia o análisis de materiales que los han datado "claramente en las últimas décadas del siglo XI y principios del siglo XII", si bien con reformas posteriores del siglo XIV cuando un gran terremoto destruyó la mitad.

De ahí que en la decoración del arco geminado se mezclen motivos árabes con el león y el castillo del escudo castellano.

El problema es que, como admite Tabales, "decir final del siglo XI y principios del siglo XII es hablar de una época compleja, justo en la que desaparece la dinastía abadita que da prestancia y fuerza a la ciudad de Sevilla y llegan los almorávides".

Un margen de 20 o 30 años antes o después "en cualquier otro siglo no sería destacabale, aquí sí porque es el cambio de la dinastía abadita a los almorávides", por eso "podemos decir que desde el punto de vista histórico los restos podrían pertenecer al palacio de Al-Mutamid pero nunca podremos estar seguros con los datos que tenemos en la actualidad".

La lectura de las fuentes, sobre todo los estudios de Rafael Manzano y Antonio Almagro, la "dimensión aúlica" de los espacios o la lógica arquitectónica conduce a Tabales a considerar "como hipótesis de trabajo" que sea el palacio del rey poeta.

Las murallas, que se han consolidado en las obras al encontrarse ocultas por vegetación y en mal estado, son ligeramente anteriores aunque del siglo XI y no del X como se pensaba, como demuestra que las torres están huecas, por lo que Tabales cree que pudieron ser construidas por Al-Mutamid o por su padre.

La decoración recuerda a edificios de la misma época como la Mezquita de Tremecén (Argelia), la Aljafería de Zaragoza o a la Casa del Temple de Toledo; la planta y el alzado al Palacio de la Contratación y los módulos de las galerías al Palacio del Yeso, ambos en los Reales Alcázares y posteriores.

El proyecto arquitectónico ha dejado todo listo para en un futuro poder incorporar el primigenio palacio a los Reales Alcázares, algo que según su directora, Isabel Rodríguez, supondría "tener un recorrido diacrónico dentro de Alcázar desde época de Al-Mutamid, porque hoy los restos más antiguos son de época almorávide, estarían en el Palacio del Yeso que es posiblemente un siglo posterior".

Serían los restos palaciegos "más antiguos con que contarían los Reales Alcázares" y alargar el recorrido visitable, por lo que a su juicio las estructuras halladas "son suficientemente significativas para que queden incorporadas a la lectura espacial e histórica" del Alcázar.

Es el deseo del Ayuntamiento de Sevilla que confirma que hay "negociaciones abiertas" con el Ministerio de Hacienda para la cesión de estas casas mientras desde el Gobierno aseguran que "se encuentra pendiente de contestación por el Ayuntamiento la oferta formulada por la Dirección General de Patrimonio del Estado de abordar en un convenio general" diversas cuestiones "pendientes" entre ambas administraciones sobre gestión de inmuebles y entre ellas "se incluyó expresamente la eventual realización de cesiones de inmuebles situados en el Patio de Banderas".

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