Hace 21 años que el abogado malagueño Antonio Checa halló los restos del submarino republicano C-3 hundido por los nazis frente a las costas de Málaga en 1936, una historia olvidada que recobra ahora protagonismo después de que el Gobierno haya fijado el 5 de mayo como día de homenaje a las víctimas del nazismo.
Los esfuerzos de Checa por reflotar el sumergible no han cesado hasta la fecha, con el firme propósito de devolver a sus familiares los restos de los 37 tripulantes que perecieron en el ataque alemán –sólo tres sobrevivieron-.
En estos cinco lustros, el letrado y la Asociación de Familiares de las Víctimas del C-3 han encontrado pocos apoyos institucionales y, pese a su lucha, los restos continúan hoy en el fondo del mar.
Unas manchas de gasoil que salieron a la superficie mientras pescaba con su barco a 3,9 millas al sur del puerto de El Candado fueron las que alertaron a Checa de la presencia de alguna embarcación sumergida.
"Aquello no parecía una piedra natural, sino más bien un barco", ha explicado a Efe el abogado, que tras el hallazgo empezó a informarse sobre hundimientos producidos en Málaga hasta dar con la pista del C-3.
Según ha relatado, uno de los marineros de la zona con los que se entrevistó ya llamaba “el submarino” a lo que creía que era una piedra, lo que da pie a pensar que este episodio de la historia ya formaba parte del imaginario colectivo.
Plenamente convencido de su hallazgo, en este tiempo ha hecho del reflote del C-3 una batalla personal por los fallecidos y sus familiares que, como ha asegurado, "sólo quieren llevar unas flores a un sitio concreto".
Pese a todo, ha indicado que los apoyos institucionales a la causa han sido escasos e inestables, con los vaivenes propios de los intereses políticos.
A nivel nacional ha criticado duramente el papel del que fuera ministro de Defensa, Federico Trillo, ya que bajo su mandato el departamento tomó la decisión de no reflotar la nave, sin ni siquiera realizar un estudio sobre su viabilidad, lo que fue un jarro de agua fría para la Asociación.
Según Checa, la única explicación posible es que su reflote propiciase sacar a la luz un nuevo episodio para la memoria histórica, a la que ha considerado como “un caballo de batalla político” tanto para los que están a favor como para quienes reniegan de ella.
“El C-3 no fue hundido por españoles y por lo tanto no estamos hablando de una guerra entre españoles”, ha señalado, “los funcionarios que están ahí todavía, debajo del agua, a la espera de que alguien se acuerde de ellos, fueron víctimas del nazismo”.
Ha reivindicado el derecho legítimo de las familias a recuperar los restos y el deber institucional de rescatar del fondo marino una parte de la historia de España.
Y es que entre los hierros del viejo sumergible se esconden libros, cartas e incluso torpedos de bronce de la época, "piezas históricas de arqueología que están ahí en disposición de ponerlas en valor y acreditar al mundo entero lo que no debe de pasar”, ha dicho.
Málaga
La olvidada historia del submarino hundido por los nazis en Málaga
Hace 21 años que el abogado malagueño Antonio Checa halló los restos del submarino republicano C-3 hundido por los nazis frente a las costas de Málaga en 1936
La historia recobra ahora protagonismo después de que el Gobierno haya fijado el 5 de mayo como día de homenaje a las víctimas del nazismo
Checa sigue con el firme propósito de devolver a sus familiares los restos de los 37 tripulantes que perecieron en el ataque alemán
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