La Real Academia de San Fernando apoya el tejado a dos aguas de la Catedral proyectado por el Obispado de Málaga para acabar con el problema de las filtraciones de agua del primer templo malagueño.
La institución, que promueve a nivel nacional el fomento y protección del patrimonio y la cultura, se ha mostrado favorable de manera unánime al proyecto de tejado a dos aguas presentado en marzo por el Obispado a la Junta de Andalucía para evitar dichas filtraciones de agua.
El 7 de junio, la Real Academia de San Fernando mantuvo una reunión en la que debatió el proyecto de cubierta con tejado a dos aguas propuesto por el Obispado de Málaga y firmado por los arquitectos Juan Manuel Sánchez La Chica y Adolfo de la Torre Prieto. Allí fue aprobado y elevado a sesión plenaria, donde fue aprobado el 14 de junio. En dicha sesión, el proyecto consiguió "todos los pronunciamientos favorables".
La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando está formada por 56 académicos y es una de las instituciones de mayor prestigio en el panorama patrimonial español, y desde su fundación a mediados del siglo XVIII, persigue el fomento de las artes así como proteger el patrimonio cultural.
Su opinión es, por tanto, muy relevante para la decisión de las administraciones, han recordado desde el Obispado de Málaga. La Real Academia siempre ha manifestado su deseo por encontrar una solución definitiva a la filtración de agua que sufre el primer templo malagueño, causando daños en su interior, y debido a este interés, pidió al Obispado por medio de la comisión de Monumentos, que le enviara el proyecto de tejado a dos aguas presentado a la Consejería de Cultura a principios de año.
Dicho proyecto, firmado por los arquitectos de la Catedral y consultado por Europa Press, recupera la solución que ideara en el siglo XVIII el arquitecto Ventura Rodríguez. "Desdichadamente, no se llevó a cabo entonces, pero quedó recogida en el proyecto conservado por la Catedral, como reto para un futuro que se hace realidad ahora", explican desde la Real Academia de San Fernando.
El arquitecto Sánchez La Chica, "su opinión ha sido muy positiva, y eso es verdaderamente importante porque su dictamen es tenido muy en cuenta por las administraciones a la hora de tomar decisiones en relación con el patrimonio".
"Contar con su aval, por unanimidad, es imprescindible, y nos han manifestado que ha sido acogido con mucho entusiasmo, lo cual nos confirma en que esta solución es la definitiva, y debe animar a la Consejería de Cultura a aprobar el proyecto", ha asegurado.
En el proyecto se recuerda que la principal patología de la Catedral son las filtraciones de agua de lluvia que insistentemente deterioran sus bóvedas y muros. Esta grave patología no se debe, señalan, a una falta de mantenimiento ni por el deterioro de sus materiales y sistemas constructivos. Las humedades "provienen de diversos avatares que sufrió a lo largo de su construcción y del estado inacabado que presenta" el templo.
"El estado de las bóvedas es preocupante, pues la Catedral está levantada con materiales perdurables pero no eternos", sostienen los arquitectos, que recuerdan que la "ineficacia de las diferentes intervenciones para solucionar los problemas de filtraciones en el interior del templo surge de la idea de conservar la imagen del edifcio inconcluso".
Los autores del proyecto realizan una cronología y relatan aspectos y conocimientos sobre lo que viene sufriendo el templo catedralicio, destacando el trabajo de Ventura Rodríguez en 1764 y que sirve de base a este proyecto.
Además, la construcción del tejado de la Catedral supondrá la eliminación de la cubierta a la catalana instalada en el año 2008, liberando del sobrepeso de 450 kg/m2 que sufren las cúpulas y recuperando la visión de su recubrimiento original. Frente a la
solución actual, cuyo peso recae directamente sobre las bóvedas, la nueva cubierta apoyaría sobre los elementos resistentes, tal y como propuso Ventura Rodríguez. "Una solución que supone un beneficio para la estructura de la Catedral", apostillan.
Una vez realizada esta intervención habría que esperar a que las cúpulas pierdan la humedad que acumulan para finalmente proceder a su restauración y retirar las redes que actualmente protegen a los visitantes de las caídas de material. Con esta actuación, aseguran los arquitectos, no solo se recuperarán los techos de la basílica, sino también los de las capillas, hecho que supondría el inicio de su restauración.