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Jueves 14/11/2024
 
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Sevilla

Los forenses señalan la hora del crimen de la Macarena y testifica un conocido del acusado

Un hombre acusado de robar y asesinar supuestamente en julio de 2020 a una mujer de 54 años en una vivienda de la Macarena asfixiándola con una toalla

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  • Primera sesión del juicio con jurado popular en la Audiencia de Sevilla. -

La Audiencia de Sevilla ha acogido este miércoles la tercera sesión del juicio con jurado popular promovido contra el hombre acusado de robar y asesinar supuestamente en julio de 2020 a una mujer de 54 años en una vivienda de la Macarena asfixiándola con una toalla, incendiando después la escena del crimen, reclamando la Fiscalía un total de 30 años de cárcel para el encartado.

Durante esta tercera sesión del juicio han comparecido como peritos los especialistas forenses encargados del levantamiento del cadáver de la víctima del crimen y de la autopsia del cuerpo, quienes habrían fijado entre las 18 y las 18,30 horas la muerte de la mujer, llamada Rosalía, de 54 años, hallada muerta el 20 de julio de 2020 en una vivienda del entorno de la calle Cruz Roja del barrio hispalense de la Macarena, después de que dicho inmueble fuese objeto de un incendio.

En ese sentido, recordemos que el acusado ha reconocido en el juicio el "uso fraudulento" de la tarjeta bancaria de la fallecida tras recurrir a ella para servicios sexuales y robarle dos teléfonos móviles, un ordenador portátil y su cartera, sustracciones todas ellas admitidas.

MUERTE POR "ASFIXIA MECÁNICA"

Empero, mientras la Fiscalía le achaca una supuesta "asfixia mecánica" y mortal de la mujer mediante una toalla que ella misma le había facilitado para que se duchase, incendiando luego el colchón donde quedó el cadáver de la mujer y huyendo del piso con dos teléfonos móviles de ella y una cartera; el acusado alega que la toalla que usó la portaba él en su propia "mochila" porque era de su hermana y aunque admite el robo de los citados efectos, niega cualquier "incendio o muerte".

De tal manera, en ese contexto en el que Jorge A.G. asegura que abandonó la vivienda con los efectos sustraídos tras haber practicado sexo con la mujer y sin hacer daño a la misma, los forenses han fijado la muerte de Rosalía entre las 18 y las 18,30 horas de aquel 20 de julio de 2020, una franja que coincide en buena medida en el horario en el que según la investigación y el relato de acusado, el mismo habría estado presente en la vivienda escenario de los hechos.

También ha prestado declaración como testigo un conocido de Jorge A.G., toda vez que este último había relatado que antes de recurrir a los servicios sexuales de la víctima, se encontró en la calle a "un coleguilla" que le habría entregado 50 euros, tratándose de una persona cuyos apellidos desconoce pero que reside en Triana, toda vez que hasta entonces aquella jornada carecía de dinero en efectivo.

Este conocido de Jorge A.G., llamado Víctor, ha admitido que en algunas ocasiones había prestado dinero al acusado, pero ha esgrimido que aquella jornada él estaba trabajando en Bilbao, para lo cual habría acreditado gastos de diversa índole en dicha ciudad.

PETICIONES DE CONDENA A CÁRCEL

En su escrito de acusación, recogido por Europa Press, el Ministerio Público solicita para el encausado 23 años de prisión por un delito de asesinato; cinco años más de cárcel por un delito de robo con violencia con la agravante de reincidencia; otros dos años de prisión por un delito de daños mediante incendio, y el pago de una multa de 360 euros por un delito leve continuado de estafa, así como que indemnice con 60.000 euros a la hija de la víctima en concepto de daño moral y con 10.536,60 euros al propietario de la vivienda por los daños materiales causados.

La acusación particular, ejercida por la única hija de la fallecida, reclama para él 25 años de prisión por un delito de asesinato; cinco años más de cárcel por un delito de robo con violencia con la agravante de reincidencia; otros tres años de prisión por un delito de daños mediante incendio y una indemnización de 100.000 euros; toda vez que la defensa solicita la libre absolución del encartado.

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