El desarrollo urbanístico en el Cortijo del Cuarto, cerca de Bellavista, debe esperar mientras se edifica en otras áreas colindantes como Pítamo, Palmas Altas, Cuarteles y Las Razas, y hasta que exista una alternativa de transporte público de alta capacidad y “se resuelva el Paso Sur”.
Estas son las principales conclusiones del debate ciudadano sobre el futuro de la finca del Cortijo del Cuarto, propiedad de la Diputación, organizado por la Asociación Parque Vivo del Guadaíra, que ha concluido con la idea de que “debe seguir siendo, de momento, pública y como un pulmón para Bellavista”.
En el acto participaron siete asociaciones y entidades, aunque previamente dieron su visión cuatro ponentes que contextualizaron las circunstancias que rodean a este proyecto de desarrollo urbanístico, según informó la asociación en una nota de prensa.
En este sentido, el geógrafo Antonio Fajardo realizó un recorrido histórico sobre este territorio, condicionado por la evolución de los terrenos portuarios hacia el sur, la mejora de las condiciones de navegabilidad del río y la prevención de los riesgos de inundaciones, así como de la propia finca, “desde su orientación agraria, cuando fue expropiada por la Diputación en 1940, a su vocación forestal actual”.
Asimismo, el biólogo Fernando Sancho habló del interés natural de las periferias y de la “relación conflictiva” de estos valores con el crecimiento urbano, “sobre todo cuando este no está inspirado por el interés público y se pliega a los intereses del capital”.
El arquitecto Antonio Barrionuevo señaló, a partir del trabajo realizado para Emasesa, el “potencial como espacio natural y de ocio del corredor ecológico del Guadaíra”, del que el Cortijo del Cuarto es una “pieza importante por su interrelación con Bellavista y dimensión metropolitana”.
Por último, el arquitecto y urbanista Pablo Arias detalló el planeamiento territorial y urbanístico vigente sobre el Cortijo del Cuarto. Como conclusión, aseguró que “este es una muestra del frenesí urbanístico de un periodo superado. Cifró en 6.000 las viviendas construibles y que es difícilmente reversible este crecimiento, que consideró disparatado sobre un territorio sensible”.
Arias consideró, además, que “solo la presión ciudadana” y la condición pública de este espacio “puede evitar lo que el planeamiento tiene previsto para este espacio”.
De este modo, asociaciones como Bermejales Activa señala que “los problemas de accesibilidad y la mala calidad del aire” de los barrios del sur de la ciudad “deben postergar” un posible desarrollo urbanístico del Cortijo del Cuarto hasta que exista una alternativa de transporte público de alta capacidad -metro, BTR o tranvía- y “se resuelva el Paso Sur”.
La Asociación Parque Vivo del Guadaíra considera injustificado desarrollar las 6.000 viviendas de esta finca pública cuando en su entorno están clasificados y en desarrollo muchas miles de viviendas mas -Pítamo, Palmas Altas, Cuarteles, Las Razas-, siendo, además, estos proyectos “menos conflictivos que el propuesto para un espacio que reúne valores ambientales, paisajísticos y que tiene un uso importante por los vecinos de Bellavista”.
Por último, la Asociación Unidad de Bellavista y la Hermandad del Valme destacaron la necesidad de que las administraciones “escuchen a los vecinos e interesados” y su confianza en que es posible un “desarrollo urbanístico que sea compatible con la preservación de los valores del Cortijo del Cuarto, que debe seguir siendo un pulmón verde para los vecinos de Bellavista”.