La empresa metropolitana de agua de Sevilla
Emasesa ha aprobado este miércoles
revertir el estado de emergencia por el de alerta por sequía gracias al aumento de las reservas de agua, lo que supone
postergar las restricciones contempladas para antes del verano, como la
reducción de la presión nocturna.
Con la vuelta al estado de alerta, se pospone la implantación de medidas de obligación de ahorro del 10 %, así como la reducción de presiones o las restricciones más severas a las actuales y
se mantienen las medidas orientadas a la concienciación del
consumo responsable y entre las que se encuentra la prohibición del uso de agua de consumo para riegos o para lavar el coche, según ha informado el Ayuntamiento en un comunicado.
Las
lluvias de enero y febrero colocan las reservas de agua en Sevilla en una situación similar a la del año pasado, ya que se ha pasado de un
32 a un 45 %, lo que ha permitido dejar atrás la declaración de emergencia y bajar el nivel de alerta, según Emasesa.
Con estas últimas lluvias
las reservas están por encima de 280 hm3, lo que en teoría lleva una situación de prealerta, pero hay que tener en cuenta las previsiones de los próximos meses, que indican que el sistema se mantendrá por encima de los 221 hm3 hasta julio (cifra que marca la entrada en emergencia) como mínimo, en función de las lluvias que se puedan registrar esta primavera y que la prealerta no se mantendría más allá de mayo.
Por ello, el delegado de Urbanismo y consejero de Emasesa,
Juan De la Rosa, ha explicado que atendiendo a los principios de "
precaución, de coherencia en la gestión de la situación de escasez y de estabilidad en las medidas orientativas a la población, no es recomendable declarar el estado de prealerta, ya que se estará
al menos cinco meses en situación de alerta".
De la Rosa ha destacado también el
esfuerzo realizado por la población, que ha logrado
reducir su consumo un 5,4 % respecto a 2019 y situar el índice de consumo unitario doméstico en su "dato histórico más bajo, al alcanzar los
105,7 litros por habitante y día".
Con la declaración de alerta por sequía -que se hará en un
nuevo bando municipal- se
prohíbe el uso de
agua potable destinada a
riego de jardines, praderas, árboles, zonas verdes y deportivas en recintos públicos y privados, el llenado de
piscinas, estanques y fuentes, el lavado con manguera de toda clase de
vehículos en instalaciones no destinadas al lavado de vehículos y las instalaciones de refrigeración y acondicionamiento que no tengan sistema de recuperación o circuito cerrado.