El
alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, ha confirmado en el Pleno que la
regulación de las viviendas de uso turístico, que
limitará su número máximo dependiendo de cada barrio, se realizará mediante una
ordenanza, que será r
evisada anualmente, y que tras su aprobación en el Pleno será de
“aplicación inmediata”.
Según los datos que ha aportado el alcalde, la limitación se realizará acogiéndose al
artículo 2 del decreto de viviendas de uso turístico de la Junta de Andalucía y será de
aplicación inmediata una vez sea aprobada por el pleno la
ordenanza, rango normativo por el que ha optado el Ayuntamiento, y será
revisada anualmente.
Entre las medidas que ha adelantado que contemplará se encuentra el envío del
expediente disciplinario a la Junta para que
cancele la inscripción en el
registro autonómica de aquellas que se incumplan; la apertura de
expediente disciplinario a aquellas viviendas
canceladas en el registro autonómica; la petición al Colegio de
Administradores de Fincas de las
denuncias más recurrentes que les hayan llegados desde las comunidades de vecinos;
intensificar las inspecciones por ruidos al Servicio de Protección Ambiental para que se abran expedientes por disciplina ambiental; y
cruzar las denuncias con las delegaciones de Turismo
de todas las viviendas ilegales.
“
Más control, más limitación y regulación en aquellos barrios en los que la situación se ha desbordado”, resumía José Luis Sanz en respuesta a una pregunta de la portavoz municipal de Vox, Cristina Peláez, a la que ha reconocido que sí que existe una “
necesidad imperiosa” de regulación en determinados barrios, en los que hay problemas de
convivencia con los vecinos, apuntando que tras las consultas con los vecinos y el
informe del diagnóstico que elabora la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente se redactará la
ordenanza, a la que se podrán presentar las
aportaciones y alegaciones oportunas.
Sanz ha rechazado las críticas de Vox, que había acusado al Gobierno andaluz de Juanma Moreno de “dejar la patata caliente” a los ayuntamientos y perder la oportunidad de regular las viviendas en la Ley LISTA, apuntando que lo que se otorga es
libertad a los municipios para actuar en consecuencia en cada término municipal.
Peláez ha pedido que se apruebe la ordenanza
“lo antes posible” ante la
inquietud que la levantado la situación de saturación de pisos turísticos entre los
vecinos pero también entre los
dueños de estas viviendas,
que no saben “a qué atenerse”.
Según fuentes municipales, la
Gerencia Municipal de Urbanismo está redactando un
informe analizando la situación actual de las viviendas turísticas de la ciudad, en el que se contabilizan 8.778 vivendas de uso turístico (VUT) registradas, que establece una relación entre la
presencia de estos pisos y la actividad residencial, que fija un porcentaje para establecer
zonas saturadas, aquellos barrios en los que este tipo de establecimientos es
superior en un 10% en relación a la vivienda habitual.
Así, casi todos los
barrios del
centro, a excepción de tres, y todo el casco histórico de
Triana se encontraría con una presión de pisos turísticos superior al 10%, por lo que no se podría aprobar
ninguna vivienda de uso turístico más, mientras que existen tres barrios, como son
San Julián, Museo y San Bernardo, en el que la presión se encuentra entre el 5% y el 10%, por lo que
se controlarían las nuevas actividades turísticas hasta el tope del 10%. El
resto de la ciudad, con un porcentaje de presión inferior al 5%, se consideran espacios idóneos y de expansión para nuevas VUT.
El informe servirá de base para establecer esas
zonas tensionadas y se encuentra en plena redacción, con la previsión de que pueda ser aprobado en la
próxima reunión de la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente, probablemente a
mediados de marzo. Será incorporado a la ordenanza municipal, que tendrá que ser aprobada inicialmente y superar el periodo de alegaciones antes de que sea aprobada definitivamente y entre en vigor.
El barrio con una
mayor presión turística es Santa Cruz, con un porcentaje de VUT en relación al uso residencial del
32%, seguido del
Arenal (28%);
Alfalfa (27%);
San Bartolome (22%);
Feria y Encarnacion-Regina, ambos con 20%;
Santa Catalina y Triana Casco Antiguo, los dos con 15%;
San Lorenzo (14%), y cerrarían
San Gil y San Vicente, con un 13% cada uno, por lo que no se podría autorizar ninguna nueva vivienda de uso turístico hasta que no se rebajase el porcentaje por debajo del 10%.
En el
segundo bloque se encontrarían tres barrios, dos de ellos intramuros de la ciudad, como son
San Julián, con una presión turística registrada en relación al uso residencial del
10%, en el límite, mientras que le seguirían
Museo, con un
8%, y
San Bernardo, con un
7%, por lo que sólo se podrían autorizar si no se supera el tope del diez por ciento.
El
resto de barrios de la ciudad se sitúan con una presión muy por debajo de la media de todo el distrito Casco Antiguo, que está al 18%, siendo la media de la ciudad del 3%, mientras que
todo el distrito de Triana está al 5%, la misma presión que registra el barrio de
Triana Este o el de San Roque, los primeros en encabezar el listado del bloque
tercero, en el que se considera que deben ser las nuevas
zonas de expansión de las viviendas turísticas.
El informe que prepara Urbanismo también recoge que
no existe ninguna vivienda turística registrada en barrios como
Torreblanca, Zodiaco, San Pablo C, La Corza, Las Almenas, El Gordillo, Aeropuerto Viejo, o Las Letanías, mientras que hay una en los barrios de San Diego, La Barzona, Santa Justa y Rufina-Parque Miraflores, El Torrejón, Pinea y San Matías.